miércoles, 31 de julio de 2013

LOS BONOS DE LA DEUDA INTERNA

RECORDANDO A LOS BONOS DE LA DEUDA INTERNA (Una visión de Tito Flores G.)
Se comenzó a hacer efectivo a partir de 1850, fue contraída durante las guerras de la independencia, también se les llamó: "pago de la deuda interna", se trataba de convertir en dinero contante esos "papelitos" que los generales patriotas habían entregado, durante las guerras de la independencia, a todos , aquellos que sufrieran alguna requisa: dueños de haciendas, comerciantes, arrieros, pequeños propietarios. Con el tiempo se había despreciado esos vales y habían pasado de mano en mano. Algunos especuladores (como el Banco de Crédito actual) lo fueron adquiriendo y luego ejercieron toda la presión de que disponían para conseguir que el estado procediera a pagarlo. Si hacemos una comparación con los bonos de la Reforma Agraria, diríamos que, VOLVEMOS A LA ERA DEL GUANO(crecimiento económico) y la debilidad de los aparatos policiales y burocráticos republicanos, permitieron en el inicio del siglo XXI se beneficiaran una minoría no mayor de 50 personas, vinculadas al comercio de exportación  y unidos con lazos de clientela política al régimen. Todo esto ocasionó un terrible escándalo.
Eran los años en que los terratenientes, a la propiedad de sus haciendas añadían el monopolio del poder político local. Con la república adquirieron un poder que no habían tenido durante 300 años de vida colonial. Tal vez esa sea la causa de su hipocresía patriótica, en la lucha por la Independencia, ya querían este poder antes de 1821.En el siglo XIX, un hacendado podía movilizar a sus "propios indios", con lo que formará partida de montoneros y huestes particulares. Así se conformaban los ejércitos que participaban en las guerras civiles al lado de Vivanco, Castilla o Echenique.
En Ica Domingo Elías , era uno de los hacendados de mayor poder económico en el Perú, estaba dedicado al cultivo del algodón , llegando a exportar éste producto. También producía vinos y piscos. Se sublevó contra Equenique en Ica acusándolo de corrupción. intentó algunos brotes en el norte sin resultados , vuelve a Ica en diciembre de 1853, enfrentando su "ejército" contra el de Equenique en Saraja un 7 de enero de 1854. Según Mariátegui: "La agricultura de riego en valles formados por ríos de escaso caudal, ha determinado según esta tesis, el florecimiento de la gran propiedad y el sofocamiento de la media y la pequeña".Puedo asegurar que la visión del Perú hecha por Tito Flores y José C. Mariátegui se ha cumplido.
Al no haber agua de avenida o corriente por el río, ha proliferado la excavación de pozos tubulares, llegándose a instalar cerca de 1,800 sólo en Ica Provincia, el desierto ha verdeado, se habla del boom agroexportador. Desde la Constitución de 1993 se alientan las inversiones en el campo, aprovechando incluso la energía eléctrica para el bombeo; pero el 80% de la población rural tiene racionamiento de agua. El problema migratorio hacía Ica, debe ser visto , pues la gente continúa poblando los cerros de arena, llegaron a Ica movidos por el trabajo en los fundos. ¿Tal vez por ello se piense en descentralización? y si dotamos todo el dinero de los bonos para solucionar el problema del agua en Ica y derivamos las aguas del Río Pampas que se van al Atlántico(desde que nací escuché hablar de éste mega proyecto), no sería mejor , pondríamos en funcionamiento la energía colectiva rural , como se pensó antes.Aunque no volvamos a ver la Ica de 1950 con todas su lagunas , al menos la de 1965 con 650 pozos tubulares( ya sin la Huega o Saraja), podemos hacer algo Señor Presidente, DESARROLLAR LOS CENTROS PRODUCTORES DE LA SIERRA, como también lo pensó Mariátegui, construyendo el puerto MARCONA para que saquen sus productos; pero no regale la plata de los peruanos a quienes tienen para vivir.
Encontré en la librería - una de las nuevas y única que existe en Ica - el libro de Jan Lust "Lucha Revolucionaria  Perú, 1958 - 1967", resulta interesante lo que dice en su página 54: "El crecimiento económico , que fue principalmente el resultado del incremento de las exportaciones en los años cincuenta y sesenta, benefició muy poco a toda la economía nacional",. en el siguiente párrafo dice: "Perú es una fuente de materias primas y minerales, necesarias  para el desarrollo de las economías  imperialistas"  

ICA - PERÚ

 Etimología de la palabra Ika
Proviene de dos vocablos collas(también conocidos como aymaras), dichos vocablos son: K´ullu, que significa madera (huarango) y el adjetivo Llika - que califica al agua - significa transparente. Las voces collas provienen del nombre del curaca de Ananika Coyuculica (nombre escrito en castellano). Llika, hace referencia a la cantidad de lagunas que existían en Ica.
Blanca Varela, en un artículo publicado en 1962 escribe lo siguiente  refiriéndose a José María Arguedas: "Dos mundos se abrazan y no pueden separase más y crean otro, el del poeta que relata con voz castellana lo que vivió en quechua". La primera lengua de Arguedas fue el quechua, en tal sentido su cosmovisión al llegar a Ica era otra, por eso, al escribir su hermoso cuento Orovilca, le pone el nombre de una laguna, debido a que, uno de los dioses naturales de los Incas, era el mar o mamacocha, diosa madre de los lagos o del agua, incluso en una carta de fecha 19 de noviembre de 1942, dirigida a su hermano Aristides dice: "yo estuve mal por exceso de trabajo y pude conseguir unos ocho días de licencia para ir a bañarme a La Huega". ¿Saben los niños iqueños cómo terminó La Huega? les cuento, al secarse producto del descenso de la napa freática, la Municipalidad tomó la "sabia" decisión de convertirla en un basural (relleno sanitario). Los historiadores señalan que en Ica hubieron más de 12 lagunas, siendo Ica una ONTIGOLA. Una de las hipótesis de su nombre es la de Sebastian Barranca, él extrajo la raíz "Ik" del aymara o collao, cuyo significado corresponde a "río", "pozo" y "laguna".

Laguna : La Victoria (1930)






lunes, 22 de julio de 2013

Primera Edición 2,012. Palabras del Poeta HELMUT JERÍ

Canción "Lluvia eterna", se encuentra en el libro página 37
CANCIÓN PARA NO OLVIDAR
La coyuntura actual, no solo en el país si no en el mundo entero, está maximizando el valor de los escritores, si desde tiempos remotos la palabra ha sido el arma de los poetas, narradores, cronistas, etc. Ahora que vivimos tiempos sumamente violentos, es cuando más se requiere de esa voz autorizada para desenmascarar las aberraciones que se suceden en todas las latitudes. Partiendo de esta premisa, destaco el primer gran valor en la obra de Juan Ramírez Chacaltana, quien a través de su novela "Canción del Silencio" nos remite - Así como lo hicieran en su momento, Alonso Cueto, Santiago Roncagliolo y el mismo Vargas Llosa, entre otros - a la época de la guerra armada iniciada por sendero luminoso hace aproximadamente tres décadas. Con la gran diferencia que Juan Ramírez, al igual que la mayoría de los peruanos nacidos antes de los 90, ha vivido en carne propia los azotes de dicha guerra, y no así los autores antes mencionados que pertenecen a otro estrato social. Destacamos en esta parte entonces, el "conocimiento de causa" del autor, lo que lo dota de mayor profundidad, realidad y exactitud, pues no es lo mismo vivirlo a que te lo hayan contado o visto por televisión.
Con esta novela  Juan Ramírez - en un acto doloroso pero necesario - nos devuelve a una etapa siniestra en la que miles de peruanos de todas las clases sociales, sobre todo las más pobres, derramaron su sangre por nada.
Así mismo, debemos señalar que la aparición de la obra es providencial, en un momento crucial en que un trinomio de hechos pretende borrar esta parte negra de nuestro pasado reciente; así tenemos a algunas autoridades con intereses políticos que buscan callar las voces de los que aún reclaman respuesta por sus muertos. En segundo lugar cabe mencionarse la sorprendente desinformación de las nuevas generaciones que en casos extremos no saben incluso de que se trato la guerra armada como si habláramos de hechos de hace siglos o milenios, y por último el resurgimiento de huestes terroristas en diversas zonas del país pretendiendo esconder sus verdaderos fines tras la careta de partido político.
Decía que la aparición de esta novela es providencial, pues se trata de una recopilación de hechos de la época antes señalada, bien documentados, narrados con soltura y sencillez, con un solo interés; ser el vehículo para refrescar la memoria de los peruanos que pretenden olvidar, al mismo tiempo que darles a aquellos jovenes que desconocen el pasado un repaso sustancioso por los sucesos que quizá sus padres o sus maestros omitieron casual o dolosamente.
El otro gran valor que le atribuiría a esta novela, es la cantidad de información que el autor vierte sobre sus páginas, denotando no solo su amplio conocimiento de la historia de los lugares donde se ambienta la obra (distintas Provincias de Ayacucho, Huancavelica e Ica) si no además su gran amor por cada uno de los lugares donde la labor docente lo ha llevado.
Juan Ramírez es un hombre que ha observado siempre con ojos de poeta; el cielo, los árboles, los pájaros, el mar e incluso la más sencilla de las rocas, han conformado el marco de su existencia, dotándolo de una sensibilidad que hoy le permite entregarnos una novela humana, tierna, emotiva y por ende justa para recorrer con placer sus páginas, regalándonos la sensación de estar frente a un ecran, repasando de la manera más didáctica posible, los hechos más saltantes de nuestra historia post incaica. Éste es el tercer valor que sobresale en "Canción del Silencio" 
De lo mencionado podemos decir entonces que estamos ante un autor que debuta en la narrativa peruana con un libro valioso e imprescindible sobre todo para los iqueños, quienes gracias al autor pueden tener acceso a parte importante de su historia y tal vez así empezar a interesarse en profundizar sobre los diversos temas que en la novela se tocan, pero no nos equivoquemos, no se trata de una novela regionalista, sino más bien de una obra global, donde nuestra región es solo la base desde donde los ojos de su pequeño protagonista observan el país y el resto del mundo para ir forjando su singular personalidad.
Antes de concluir, quiero mencionar, mi plena identificación con la obra y mi gratitud al autor, no sólo como víctima directa de la guerra que vivimos, sino también como un hombre nacido y crecido en esos rincones de la serranía ayacuchana donde ambienta parcialmente la novela, llevándome a evocar con nostalgia esa pequeña patria que es para mí CORACORA - mi tierra natal - así mismo los largos caminos que en cada viaje a mi pueblo me dejan apreciar la belleza ahora pacífica y límpida de nuestra inconmensurable serranía.
Finalmente, vuelvo a resaltar el principal requisito de un escritor y que el autor cumple cabalmente: el compromiso con la realidad, por ello, le auguro el mayor de los éxitos en esta nueva aventura como escritor, esperando que no deje de sorprendernos con un próximo libro. Que el silencio se quede solo en el título de la novela, pues si es para seguir escribiendo, que Juan Ramírez lo haga con bombos y platillos, haciendo el mayor ruido posible, para que nadie se quede sin leerlo.
Ica, 30 de octubre del 2,012.
HELMUT JERÍ PABÓN
        POETA


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