martes, 13 de febrero de 2024

La leyenda de Cerro Prieto

 La leyenda de Cerro Prieto

Cerro Prieto visto desde el bus, ahora rodeado de casas


Se dice que en una montaña de Cerro Prieto, cerca de Guadalupe habita un malvado monstruo con forma de piedra. El motivo de que este ser viviese ahí era por ciertos rituales prehispánicos, porque los cerros eran dioses de los Yungas, los españoles ahora relacionan al cerro con el diablo, de esta forma evitan que se siga adorando al Wamani, por eso se piensa que los pobladores de los llanos calientes animaron al demonio a asentarse en aquella montaña, unas de las pocas de piedra con dirección al mar, el resto son dunas de arena.
Con la llegada de los españoles, comenzó la evangelización en la costa y a todo cerro le ponían cruces en la cima, fue por eso que los nativos pidieron a los sacerdotes que ahuyentasen a aquel ser maligno que algún día haría estallar la montaña y los mataría a todos.
En Ica, hay relatos que indican que Fray Ramón Rojas, un santo de origen guatemalteco famoso por sus milagros, salía muy menudo a la campiña iqueña llevando la imagen de la Virgen de Guadalupe, este santo varón incluso quiso cambiarle de nombre al cerro Saraja, un día llegó por Cerro Prieto para bendecirlo y liberarlo de todo mal.

LA LEYENDA DE LA BELLA DURMIENTE (Tingo María)

 


Cuentan los antiguos pobladores que un joven llamado Cuynac, atravesando la selva de Huánuco se encontró con una jovencita, quien era la princesa Nunash, los dos llegaron a enamorarse, y construyeron una mansión cercana a Pachas, a la cual le puso el nombre de Cuynash en honor de su amada.

La pareja vivió feliz por un tiempo rodeado de servidores y vasallos, pero esta felicidad llegaría a durar muy poco.

Un día llegó el padre de la princesa Amaru convertido un monstruo en forma de culebra. Cuynac con su hechicería, convirtió a la princesa en mariposa y él se convirtió en piedra para no ser atacados por el monstruo.

La princesa se valió de su nuevo estado para ir a la selva a buscar ayuda, consiguiendo vencer al monstruo.

La princesa logró retornar a su estado normal, pero Cuynac no pudo. Nunash, la princesa buscó al príncipe, y cansada de hacerlo se sentó en una piedra sin darse cuenta que ya había encontrado a su amado. Mientras ella dormía escuchó la voz del príncipe que le decía: “Amada ya no me busques los dioses han complacido mi deseo ahora soy solo una piedra destinada a permanecer en este estado para siempre, si tú me quieres todavía permanece a mi lado toda la vida en este cerro, y que en las noches de luna se note ante la mirada de la gente como mujer dormida,” la princesa aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en piedra, lo que hoy es la figura de la bella durmiente, cerro ubicado en Tingo María, Región Huánuco, en el Perú.



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