martes, 15 de abril de 2025

¿POR QUÉ NO GANÓ EL NOBEL CÉSAR VALLEJO?

Escribe: Dante Castro



Ahora que abundan las plañideras del marqués Vargas Llosa y que se enorgullecen porque tenemos un único autor con Premio Nobel, vamos a aclarar ciertas cosas. Primero: para concursar por el Nobel debes ser propuesto por alguien, una institución, un estado, una universidad, personalidades, etc. Anualmente la fundación Nobel se encarga de hacer la petición formal de candidatos y las academias, organizaciones y literatos destacados de cada país se encargan de mandar sus postulaciones. Luego viene el proceso de las nominaciones. Se evalúa si el escritor es poseedor de una trayectoria constante y que, según el fundador del premio, Alfred Nobel, la obra haya dado “el mayor beneficio a la humanidad”.

Se supone que el postulado debe haber fomentado valores, principios, cambios contundentes. Regresemos a Vallejo. Nuestro poeta, al morir, tiene publicados 2 poemarios: Los heraldos negros (1919) y Trilce (1922); dos libros de narrativa: Escalas (1923) y El tungsteno (1931). Sus dos obras de máxima elaboración: "Poemas humanos" y "España, aparta de mí este cáliz", no serán publicadas hasta un año después de su muerte, en 1939. Por lo tanto, la valoración de su obra total no podía estar completa antes de su deceso. Creo entender que la fundación Nobel no hace premiaciones póstumas. De haberlas, César Vallejo sería un meritorio premiado sin discusiones. Su ajenidad a los círculos académicos y a las instituciones que pudieron promoverlo a reconocimientos mayores, ha sido notoria. "Me friegan los cóndores", escribió en su célebre poema "Telúrica y magnética" y eso lo resume todo. Era enemigo de los grandazos, de los poderosos, de los "condorazos" tanto en política como en literatura.

La promoción de Neruda al Nobel (1971) es totalmente distinta, porque además de sus méritos literarios cuenta con el respaldo del gobierno de Salvador Allende, primer presidente socialista latinoamericano elegido democráticamente, es parte del gobierno de Allende y su vocero diplomático en Europa. Jorge Luis Borges nunca pudo ganar el Nobel por sus convicciones políticas y es que no basta escribir bonito para ser merituado. Se menciona su antiperonismo, su acercamiento a Rafael Videla y la visita a Augusto Pinochet para recibir un doctorado honoris causa en la Universidad de Chile. Allí pronunció un discurso que fue muy cuestionado y del que años después se arrepintió públicamente, en el que elogiaba al dictador.

Lo mismo le pasó a Mario Vargas Llosa, a quien recuerdo como postulante al Nobel por más de 2 décadas y ni siquiera su obra monumental lo sacó de repitente desaprobado. ¿Por qué? Pues por las mismas razones que Borges; él ha tratado de borrar sus huellas videlistas y pinochetistas, ha sido una sesuda y organizada labor de sus incondicionales, pero no pueden competir con nuestra memoria. ¿Cuándo pudo lograr el premio? Cuando borran todas sus huellas anteriores y se reescribe su biografía al gusto de la academia sueca y los monopolios editoriales insisten así como insisten los líderes políticos del neoliberalismo imperante, porque necesitaba el mundo cambiar de faceta para que Varguitas lo consiguiera. Personalmente lo siento como si yo ingresara a la universidad después de postular 35 años.

Regresemos a Vallejo. Disculpen la digresión antivarguista motivada por su funeral. César Vallejo ha sido reconocido como el poeta universal porque su poesía abarca todas las manifestaciones de la vida humana en todas las latitudes. No es solamente su talento literario, que lo tuvo de sobra. Es también la comunión entre literatura y pensamiento, entre sus poemas y su ideario. Eso se llama coherencia existencial. "Intelectual revolucionario es aquel que escribe y milita simultáneamente", escribió Vallejo en El arte y la revolución. Y así lo cumplió.

Neruda trató de competir contra Vallejo infructuosamente, así como Vargas Llosa trató de liquidar a José María Arguedas. Neruda es un excelente poeta del amor juvenil, nada más. Vallejo es el poeta del amor, del placer, del dolor y de la revolución entre otros temas. Neruda, sin querer queriendo, deviene en el poeta con más éxito comercial de su generación, que siendo comunista no vacila en aceptar invitaciones del tío Sam en plena guerra de Vietnam. Y Cuba le bajó el dedo. Vallejo nunca claudicó en ser fiel a la marginalidad y al fracaso vivencial en función de su labor poética y política. Por esto, Vallejo no necesitó del Nobel para ser universal. Un día le preguntaron al poeta Nicolás Guillén acerca de la diferencia entre Vallejo y Neruda y el vate negro de Cuba respondió: «la diferencia es que Neruda está muerto y Vallejo está más vivo que nunca». Ese es el premio máximo que ubica a César Abraham Vallejo Mendoza por encima de los cubileteos de la academia sueca. ¡Viva por siempre el camarada César Vallejo!

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