“El chaucato ve a la víbora y la denuncia; su lírica voz se descompone.
Cuando descubre a la serpiente venenosa lanza un silbido, más de alarma que de
espanto”.
(Inicio del cuento Orovilca)
Nuestros antepasados Iqueños hablaron una lengua andina, que
procedía de la familia lingüística Aru. En el Perú existen por lo menos
dieciocho familias lingüísticas. Algunos historiadores o estudiosos mencionan al Aymara; otros al Yunga, nombre que recibía una lengua que se hablaba en los llanos, tal vez, la confundían con el quechua.
El pensamiento se expresa a
través del lenguaje, siendo la palabra su forma más usual. En tal sentido las
obras escritas por José María Arguedas exponen un mundo- el mundo andino- basado
en su experiencia. Blanca Varela, en un artículo publicado en 1962 dice: “ Dos mundos se abrazan y no pueden
separarse más y crean otro, el del poeta
que relata con voz castellana lo que vivió en quechua”.
En Ica Arguedas nos presenta un
ambiente mítico que refleja una realidad hallada en sus orígenes. En ese
entender no es gratuito ponerle el nombre de una laguna a su cuento (Orovilca),
señalando también en la especie narrativa “ En el valle de Ica, donde se
cultiva la tierra desde hace cinco o diez mil años, y cerca de la ciudad hay varias
lagunas encantadas”. En este punto
debemos entender que dentro de los Dioses naturales de los Incas estaba el mar
o Mamacocha, diosa “madre de los lagos o del agua”. En unas de sus cartas
que envía a su hermano Arístides Arguedas, de fecha 19 de noviembre de 1942,
estando José María en Lima escribe: “ Yo estuve bastante mal por el exceso de
trabajo y pude conseguir unos ocho días de licencia para ir a bañarme a La
Huega”. Los Iqueños muy aplicados al pensamiento occidental o hablantes del
español, hemos desaparecido nuestras lagunas y le dimos una estocada final a La
Huega convirtiéndola en un basural. Hoy
ya podemos escuchar la voz del chaucato- ave sagrada de Ica-, que es
representado en su cuento como el agua subterránea, opuesto a la víbora relacionada
al aspecto maligno del sol.
El mundo andino es colectivo por
eso se habla de la fuerza de la comunidad. El hombre de Paracas es el más
antiguo habitante conocido del litoral peruano de aproximadamente 5,750 años a.
C. A su costado se encontró una quena (flauta de calabaza que también existe en
el museo de la Institución Educativa San Pedro de Sonconche- Ocaña.), siendo
este instrumento de viento una de las primeras expresiones musicales del Perú. José Antonio
del Busto precisa: “La gente de esta
época en Paracas todavía vive agrupada en hordas o bandas en razón a un
parentesco común”. Ahora se entiende el por qué no menciona en su obra al
Saraja, cerro guardián de Ica, estoy seguro que es debido a que se encuentra
solo, al margen del desierto inmenso lleno de dunas que representa lo
colectivo, (sólo se menciona Saraja refiriéndose a la laguna).
Vida y obra del Amauta
“La utopía arcaíca, José María Arguedas y las ficciones del
indigenismo”, es un ensayo sobre Arguedas que escribió Mario Vargas llosa,
para demostrar que el mundo andino o sueño indigenista carece de sentido, y que
los indigenistas nada tienen que decir
ni hacer en el futuro del país; pero, lo
mencionó en su discurso Nobel del 7 de diciembre de 2010 donde dice: “Un compatriota mío, José María Arguedas,
llamo al Perú el país de “Todas las sangres”. No creo que haya fórmula que lo
defina mejor”.
Sin embargo a pesar de todo lo señalado continuamos invirtiendo millones en
traer agua de la sierra pero no hacemos nada para detener el agua extraída del
subsuelo. Los propietarios -nacionales o extranjeros - se enriquecen con el
Boom Agroexportador permitiendo el descenso de nuestra napa freática.
Necesitamos autoridades inteligentes que den una mirada al siglo XVI y
entiendan la confrontación producida por la conquista. Ello implica también
revisar la tesis doctoral publicada por la UNMSM “Las comunidades de España y
del Perú”, donde investigó nuestro Tayta entre otras cosas, cuáles de las raíces
andinas y peruanas vinieron del viejo continente. Sólo Respetando nuestra
multiculturalidad, y revisando nuestra historia encontraremos nuestra verdadera
identidad de iqueños.
Dirección Regional de Educación Ica