EL DESASTRE DE MACACONA.
Juan José Salas, dueño de la hacienda Macacona |
Este enfrentamiento entre las tropas realistas y patriotas ocurrió el 7 de abril de 1822, en la hacienda Macacona a las afueras de la ciudad de Ica.
El virrey La Serna se encontraba en el Cusco, allí recibió noticias de la llegada de las divisiones patriotas a la ciudad de Ica. De inmediato envió órdenes al general Canterac, que se encontraba en Jauja, para atacar a los patriotas.
Los realistas llegaron a Ica en los días de semana santa. Los patriotas decidieron retirarse de Ica para evitar un enfrentamiento, sin embargo no se pusieron de acuerdo en la manera de hacerlo, pues temían una emboscada de sus enemigos.
La retirada de los patriotas se haría en secreto, pero el general patriota Domingo Tristán cometió el error de decírselo a los hacendados de la Macacona, la noticia llegó a los realistas, quienes durante la noche se escondieron en los callejones de la hacienda y esperaron el paso de las tropas de Tristán.
A la una de la madrugada, los patriotas pasaron por allí y fueron emboscados en medio de la noche y una gran confusión.
Dos horas después los realistas habían logrado una fácil victoria, destruyendo a la división de Tristán.
Ese día murieron cientos de patriotas y fueron capturados varios prisioneros. Algunos fueron ejecutados por haber sido realistas que se pasaron al ejército libertador.
Además de las bajas, lo más grave de esta batalla fue la pérdida de las armas. Los realistas que tenían poco armamento y municiones pudieron capturar ese día dos mil fusiles, además de sables y municiones.
Solo doscientos hombres pudieron escapar, entre los que se encontraba el joven coronel Agustín Gamarra. En Lima, Tristán fue juzgado y separado del ejército.
(Juan José Pacheco Ibarra)