miércoles, 6 de julio de 2016

ROBIN

ROBIN
Esto fue lo que copió Robin, en unos de los muros de su Colegio

Ya era bien conocido en la ciudad, cruzaba la calle jugando con su cajón, era un lustrabotas muy alegre a pesar de vivir solo, sin la presencia de papá,  era feliz con sus compañeritos de la plaza  San Martín de Porres, un inmenso arenal en la periferia de la ciudad. Aún no entendía por qué mamá salía mucho de casa, principalmente en las noches, con la cabeza pintada y siempre con el colorete en los labios, tampoco comprendía por qué la abuela murió a temprana edad de cáncer, lo que si tenía claro era su apodo, él mismo les pidió a su mancha que lo llamaran Robin, no por el ayudante de Batman sino por otro, el personaje de las letras.
Tenía nueve años y le gustaba leer cuentos infantiles, encontrarlos era el problema. Su profesor a veces le prestaba algunos ejemplares, la Biblioteca Municipal no contaba con ese material, por leer mucho  no lustraba con frecuencia, sus amigos le decían:
-          Lees puras huevadas, fantasías no más oe.
En la escuela, su maestro pensaba que ya estaba salvado (si le gusta leer, será un buen chico). Una mañana, después de leer, su cabeza se vio envuelta por pensamientos justicieros, le parecía injusta la vida, la sociedad, no tener lo suficiente para poder comer y vivir dignamente. Era tan diferente la ficción con la realidad que vivía en carne propia. Los periódicos enaltecían a menores infractores, en el fondo era querer tener fama.  Empezó a cavilar en una víctima, debe ser una de esas personas que llevan en la cara la amargura, a las abuelas tiernas no hay que tocarlas, que sigan dando amor y dulzura pensaba.
Un día apareció por la Plaza  Julián, llevaba en su mochila su apellido, en su tez trigueña su dolor, en su mirada la tristeza, en sus zapatos la calle, caminaba sin rumbo en ese pequeño espacio de árboles secos. Volteaba siempre a mirar los cerros de arena, o cuando alguien le decía “fumón”. Toda la mancha de Robin lo advirtió, debido a que el grupo contaba entre sus filas a descendientes de mulatos, entre ellos el temible Harold, Juliancha en cambio, mostraba su hablar tierno, como lo hacen la gente que viene de las alturas. No estudiaba en ninguna Institución Educativa de los alrededores, porque la pobreza le arrebató al ser más querido, su madre murió cuando allanaron su casa y encontraron un celular ajeno. A diferencia de Robin el muchacho no tenía madre y ambos tenían a sus padres presos..
Las emisoras a diario realizaban diagnósticos de la sociedad actual, culpando a la violencia política de los ochenta, por la cantidad de adolescentes infractores. Muchas veces se le encontró escuchando la radio en la peluquería, estaba sentado sobre su lustrador,  nadie pude hablarle de los caminos que se pueden recorrer, que no todo está perdido, que se puede tener éxito en la vida usando la imaginación e inteligencia. Hoy nadie sabe su nombre, sólo su alias,  debo contar esta historia sin nombrarlo, él vino a encontrase con su padre en prisión, a pesar de que la Fiscal sabía que era un buen muchacho, que se podía hacer algo para apartarlo de los malos amigos, a mí me dijo que era reincidente y por eso  lo mandó a la penitenciaria, a un lugar llamado Maranguita.
La mañana del 27 de julio despertaba alegre, señora, sin bostezos, la calle adornada con listones multicolores se dejaba acariciar por la neblina, el mercado prendía su bulla por dentro y por fuera, ningún pito de los vigilantes o de la policía, se abrían los pequeños puestos dejando una vereda estrecha como un túnel sombreado por plásticos, el olor a pescado se impregnaba en las voces y en los oídos. Robin no había planificado nada, actuaría cuando su intuición le indique que hacer, elegir  una presa fácil que tenga dinero suficiente, luego invitar a sus amigos lustrabotas al comedor popular. La esperó cerca al río, en el recién inaugurado puente de la calle Puno, la Profesora Amparo no tardó en llegar, fue el robo más rápido de la mañana, el colectivo venía de Parcona, en pleno descenso del móvil, sus manos ingresaron al auto, sus dedos pescaron una bolsa cocida hasta los huesos, dentro de ella una cartera con doscientos soles, tarjetas de crédito vencidas y un calendario del Señor de Luren.
Corrió por el callejón de Pedreros, al ver su accionar fue seguido por otros cacos mayores, quienes le habían guardado su cajón de lustrar calzado, con ciertas amenazas y lisuras lo atarantan, tuvo que dejarles cien soles, la otra mitad estaba en sus manos, pensaba en el dinero, era mucho, nunca sus manos pudieron tener esa cantidad, el problema fue cambiarlo en sencillo, salir de ámbito de acción, buscar a sus amigos en la plaza para compartir lo robado. Ya no regresó por el puente durante dos semanas, estuvo robando carteras en la Avenida San Martín, en ese lugar tuvo su primer accidente de trabajo, fue reconocido por un agraviado cuando le lustró las botas de vaquero, se trataba de un reconocido hacendado de la ciudad, el señorón avisó a la policía, se lo llevaron y decomisaron su herramienta (lustrador).
Una tarde, se juntaron el niño sin padre y el adolescente sin madre, los dos se fueron a robar mangos a la chacra de Jalisco, el viejo era un enorme flaco, con cabello cano, usaba siempre vestimenta de cazador y un rifle con cartucho 40, salir al campo le fue bien, descubre la tranquilidad del tiempo, otros sonidos que no sean pitos y cláxones, lugares perfectos para leer, la santidad de lo verde lo hace feliz, risueño, juguetón y comunicativo. Logró contarle a Julián muchos relatos , la mayoría de oriente medio, sin olvidar por supuesto los cuentos de Arguedas, uno de nombre Orovilca le encantó a su amigo, sobre todo cuando habla del chaucato y del zorzal. Aquella tarde no planearon nada, la naturaleza le tendía su mano olvidando los atracos de rutina, los laburos, el escape a la carrera y la droga, las descripciones de ciertas lecturas eran parecidas a la realidad, el campo era un lugar de sanación.
 Pasaron nueve años, se acercaba la navidad y Robin volvió a robar solitario, la propaganda comercial lo obligó a pensar en dinero, ahora quería llevar a sus amigos a comer pollo al cilindro, comprar unos polos y zapatillas para alguien que necesite. Planificaba sus trabajos, coordinaba con Harold para el reglaje, incluso se drogaba para robar, su detención lo convertiría en recontra reincidente y puesto en una cárcel para adultos. Quisiera relatar qué hacía con lo robado, algunos deducirán, Robin tenía una tía prostituta, siempre iba a verlo cuando caía, también usaba pelo pintado y colorete intenso, ella escuchó esta conversación, fue lo último que supe de él:
-         - Dígame jovencito, ¿es usted reincidente?
-        -  Sí señora
-          -¿Dónde está el dinero de la cartera de piel de mono que le pertenecía a Doña Magdalena?
-          -Ya no existe
-        -  ¡Y el dinero que contenía! Hablo la agraviada de turno.
-        -  Me he comprado estas zapatillas y la ropa que llevo puesta…
-         - Pero eso no cubre el monto de lo robado, dijo la fiscal.
-       -   Lo compartí con mis amigos del parque, me queda la cantidad que está en la mesa.
Doña Magdalena, al ver que su dinero no iba ser recuperado y sabiendo de la calidad de la ropa puesta por el jovenzuelo, se acerco y comenzó a desnudarlo. La fiscal miraba atónita, impotente, sin consideración por el muchacho, quedó desnudo, la droga lo tenía flaco y los olores podridos mareado. Cuando me lo contó Doña Guadalupe, recordé al muchacho triste del salón de segundo “B”, más pena tuve cuando mi compañero volvió a ver su primera herramienta de trabajo, la que le decomisaron años atrás, la conservaban como trofeo de guerra.
Esta mañana fría, debo confesar que siempre lo amé, que a pesar del tiempo aún permanece la frase de amor que copió pensando en mí, ojalá todavía permanezca al lado de las gradas, que suben hacía la dirección pasando por el mástil, salgo un momento al baño para volver a leerla “Tú eres mi pensamiento favorito, hasta el aire sabe que te necesito”, espero me perdone por no estar a su lado, los libros que me daba me ubicaron en un mejor destino.
Julio- 2016



sábado, 30 de abril de 2016

Carta a mi madre en el día de su cumpleaños

Carta a mi madre en el día de su cumpleaños

Colonia Penal El Frontón, 17 de mayo de 1954

Mamá Sara:

Estás leve y anciana,
Tus pulmones se encorvan
Cual dos águilas ciegas.
¿Hasta cuándo se extiende tu condena?
Desde niña, bajo el mando
De la rígida patrona.
¡Cuántas veces se ha escuchado
Tu sollozo en las penumbras
de las lúgubres cocinas!
¡Cuánto nos costó medio vivir!

Pero entonces eras fuerte campeona,
Te incitaban la esperanza
Y los destellos de mis ojos cuando niño.

Han pasado muchos años,
años de soledad, de golpes y batallas.
Ahora soy un hombre
Y por serlo de veras
Me han clavado en las rocas.

Y tú, madre, prendida a la batea,
Hoy te duermes de vejez, de cansancio
En lo mejor de la tarea,
Con tu dulce cabeza medio hundida en el agua
Como nube de blanco amanecer.

Y pensar que la vida no mejora,
Que seguimos crispando los puños por el grano,
Que nos tapan la boca con máuseres y plomo,
Que lustramos con sangre la faz de los metales.

¡Los patrones siempre quieren ser más ricos!
Por eso estoy fiero,
Mi voz un estallido que se agranda.
Y quisiera hacer algo, ¡arrancar muchas cabezas!
Pero hoy solo me salen estos versos,

Esta espiga de amor que quiere hacerte joven.
LEONCIO BUENO



lunes, 15 de febrero de 2016

Parcona, 18 de febrero de 1924

En Rusia - octubre de 1917 - ocurría la primera revolución Marxista de la historia, un año después en Ica se forma el Centro Obrero Iqueño, en el Perú  no se había fundado el APRA ni el Partido Socialista. Lo primero que hacen los obreros y campesinos iqueños es el equipamiento de una biblioteca, en 1920 un cura la intenta incendiarla, al haberse organizado el pueblo progresista, le permitió obtener mejores salarios  y buenas condiciones de trabajo para los obreros, los campesinos no conseguían nada por el poder que tenían los terratenientes de entonces, también por su falta de organización. El primer reclamo formal de los campesinos ante la sección trabajo del Ministerio de Fomento en provincias eran: que se cumplan las ocho horas de trabajo, es por ello que se instala una junta de conciliación . Los delegados de los hacendados responden que las ocho horas son solo para los obreros industriales, no para los rurales. En el campo los pequeños propietarios no tenían agua para sus tierras y la gran mayoría trabajaba de peón.La autoridad emite una sentencia a favor de los campesinos "las ocho horas también son para los campesinos u obreros rurales", los campesinos celebran con alegría, mientras que los gamonales se sintieron indignados, principalmente contra los delegados campesinos, a quienes los consideraban agitadores. 

Ricardo Martínez de la Torre en su libro "Apuntes para una interpretación Marxista de la historia del Perú" nos dice: Como aún no se había organizado el movimiento marxista, no fue posible acusar a la Federación Campesina de Ica, como una organización comunista. Por eso, se utilizó contra ellos los cargos de subversión , de motín, de saqueadores, de conspiración revolucionaria para derrocar a Leguía.

LA MASACRE

Fue un 18 de febrero, un día después cumplía años el Presidente Augusto B. Leguía, el del oncenio (1919 - 1930). El prefecto celebraba un banquete en su honor en una hacienda, al regresar le comunican que los campesinos se encuentran reunidos en Parcona, inmediatamente organiza un contingente armado, él dirige el operativo, viene de una fiesta, está borracho. Al llegar al local manda a amarrar a los campesinos que se encontraban afuera de la Federación, los suben a un camión  para traerlos a Ica, en el interior del local se acordaba un paro general en todo el valle, los motivos eran: que se cumpla el fallo del tribunal arbitral sobre el conflicto en la hacienda "La Caravedo", que se cumpla la jornada de las ocho horas de trabajo, pago a los yanaconas por el algodón ya entregado, que se nivele el jornal en todas las haciendas.

Al prender el vehículo para trasladar a los detenidos, alertadas por el ruido del motor, salen varias mujeres de sus casas a suplicarles que se detengan, el prefecto Julio Rodríguez actúa con violencia contra una de ellas y ordena la captura de todas, ya han salido del interior de la Federación, el secretario le pide al prefecto"que calmara su temeraria imprudencia, pero éste le dispara con su revolver a la altura del muslo , los demás compañeros evitan nuevos disparos  reduciendo a la autoridad. Entonces una lluvia de balas caen sobre la puerta principal del local, los parconenses emprendieron a pedradas contra la policía, logrando dominarlos después de una encarnizada lucha, que terminó con la muerte del prefecto, un policía muerto, varias criaturas fallecidas, diecisiete campesinos heridos de bala, dos mujeres también heridas de bala etc. Toda esta información no fue difundida por los periódicos de la localidad.

No tardaron mucho en llegar los efectivos de Lima para resguardar el orden, ellos descargaron sus ametralladoras sobre el local de la Federación  incendiándolo totalmente  junto con su biblioteca y enseres, al instante  se inició una cacería derribando puertas, luego la persecución de los indígenas. Los moradores de Parcona huyeron dejando sus hogares abandonados , sus chacras, sus animales. Una tradición oral cuenta "esa misma fuerza armada mataba a balazos a los animales y cargaba con ellos sin el menor escrúpulo, es conocido este relato como el saqueo de Parcona, hecho ocurrido el 20 de febrero de 1924. Posteriormente se llevará a cabo la tortura de hombres y mujeres, para obligarlos  a hacerse responsables , para que hiciesen acusaciones calumniosas contra algunos de los dirigentes, luchadores sociales que el gamonalismo quería desaparecer de Ica.  

QUEMA DE PARCONA

Llegaron a Parcona por dos lugares, era la noche del 10 de marzo, un grupo llegó por la Tinguiña y el otro por la actual vía asfaltada que nace en el puente Grau, rociaron de gasolina todas las casas, prendieron fuego a todo el barrio. Los sobrevivientes contaron : "Daba pena ver como ardían los animales, cuando veían que alguien corría y procuraba salvar algo, le disparaban , lo único que respetaron fue La Capilla".

Aquí los nombres de los gamonales de la época, los que quisieron desaparecer  todo un pueblo: Víctor Elías y Toledo, Óscar Elías Castañeda, César Elías, Manuel Antonio Elías, Dr. Daniel Olaechea, Benavides Canseco, Boza, Mario del Río y otros de menor importancia.






                 "Yo he visto en mis sueños, un mes antes de la masacre, como mi pueblo estaba hecho cenizas. Pero después vi que mi pueblo se había levantado. Había muchas casas, una alameda de árboles bien fornidos al centro. Todo eso lo vi en sueños y cómo después se hizo realidad"
                              JUAN H PÉVEZ OLIVEROS
                        Primer Secretario General de la CCP

Gregorio Martínez dedica su libro La gloria del piturrín y otros EMBRUJOS DE AMOR" Lima - 1985.
"A la memoria de los héroes populares de Ica,
Higinio Pisconte y Zenón Escate, caídos en los 
sucesos de Parcona el 18 de febrero de 1924".

jueves, 14 de enero de 2016

YANA GUITARRA


MEYER


La vida sorprendía al pensativo niño, muy temprano adelantó su salida al campo arreglando sus juguetes traídos en la navidad por su padre desde Ica, un carro color rojo con llantas de jebe para soportar la lluvia, unos soldados bien armados, el vendedor manifestó en plena calle Grau:

-    Llévelos señor están de vuelta de Vietnam…, le dijo para convencerlo

 Después de tomar desayuno con mamá, divisó el techo y con una gran sonrisa pensó dejar todos sus pequeños juguetes y llevarse la guitarra que colgaba en un rincón de la sala. El instrumento musical tenía las clavijas de madera y cuerdas de cuero, su esbelta figura era perfecta, denotaba belleza con la curva de sus caderas, de color marrón claro, algo despintada en sus trastes, estaba envuelta en un costal de algodón, sólo asomaba su cabecita de reina. Nadie supo cómo llegó a casa, tal vez fue olvidada por un familiar.

Él vivía en los alrededores del pequeño Distrito Huancavelicano de Córdova y todos los días salía con sus carneros al campo, siempre llevaba su carrito y sus soldados; pero esta vez sin que nadie se diera cuenta descolgó el costal y se lo echó al hombro, abrió el corral de piedras y caminó con rumbo a la alfalfa. Al amarrar sus huachos, continuaba en su mente lo entretenido que sería jugar con los sonidos, tenía una extraña curiosidad y aún envuelta movió las cuerdas y saltaron los do, re, mi, fa, y sol, todos mayores. Entonces los dejó comiendo, luego fue empujado por un aliento de felicidad, daba la impresión que la naturaleza entraba en complicidad con la mañana y los rayos del sol brillaban con una desconocida luz, caminó cuesta abajo, muy cerca al río se sentó, sacó la vieja guitarra y se puso a tocar.

El agua era un eco en sus oídos, la hermosa cascada salpicaba gotas finas en su rostro, la música que brotaba entre sus manos tenía sonidos mayores y menores, tristes y contentos, cada nota se confundía en los colores del arco iris, estaba en un mágico lugar, una divinidad de sus ancestros conocida como la mamacocha, Por cosas del destino apareció esta relación (guitarra – niño) en un lugar distante al de su nacimiento, el maqta era natural de Huamanga, vino a vivir con sus padres a Huancavelica, todavía el Perú mantenía las heridas del conflicto armado, escaparon una noche cuando tenía cuatro años de edad. En el pueblo a diario lo veían pasar con su guitarra en el hombro, otras veces bajo el brazo, en casa no tardaron en darse cuenta de tal encuentro entre el hombre y su voz, la naturaleza y sus sonidos, la guitarra y su amante.

Un día apareció montado en su caballo un señor, con pinta de arriero, según su madre era un viejo familiar, al ver la guitarra colgada del techo, se la pide prestada, el señor Juancitucha ni bien empezó a tocarla tuvo que paralizar, una cuerda de cuero se rompió silbando extrañamente, salió de la casa y sacó de su alforja unas cuerdas de plástico. Los sonidos cambiaron poniendo en dificultad al tímpano del muchacho, que observaba todo el detalle de su tío lejano, en realidad no era su familiar, también se desconoce cómo llegó hasta el pueblo, ¿Sólo para cambiar las cuerdas? ¿Por qué permaneció un día en casa? ¿Alguien lo envió directamente donde el pequeño guitarrista? Todo esto originó una preocupación en sus mayores, querían separarlo de su guitarra, tomaron la decisión de esconderla, o decirle que la habían robado.

Volvió a sus juguetes de niño, a caminar por el campo, a compartir la vida con sus carneros, a preguntar a los caminos por su compañera, a detenerse en cada sonido melodioso de los pájaros, quiso irse en busca de ella tomando la dirección del viento, este siempre lo dirigía a la montaña, pasaba el tiempo y desaparecía ese silencio interior, como desaparece el interés por la persona amada en la lejanía, la tristeza se apoderó de él, pero no lo demostraba, cada mañana le pedía al astro rey que se la envié de vuelta y sus rayos brillaban en sus lágrimas. 
Pasaron los días, no dejaba de ir al río ni apartarse de sus animalitos, eran las doce del mediodía, el cielo levantaba nubes inmensas que ocultaban al sol, el viento frío silbaba, los inmensos eucaliptos que crecieron al borde de la alfalfa lo protegían del duelo en las alturas, cuando ganaba el sol se cobijaba debajo de su sombra, y cuando las nubes cargadas de agua impedían su luz salía a caminar por la chacra. Al sentarse a descansar, apoyó su espalda en el grueso tallo de la planta, mira hacia arriba, divisa el costal en la punta del árbol y sube inmediatamente, ahí se encontraba la guitarra, había soportado varias tempestades, estaba oculta, sin daño alguno, tenía miedo en sacarla, el costal estaba húmedo y toda la madera seca. Todo el mes la lluvia se  había desencadenado en ese lugar cerca al río, la tomó con delicadeza y volvieron los sonidos, se espantaron las penas. Todos los días subía a la punta del árbol, bajaba la guitarra, tocaba unas siete canciones, la guardaba en su costal, subía con ella, la amarraba a la rama y bajaba contento. No quería que se enteraran sus mayores, menos sus padres del hallazgo del instrumento, seguro la pueden quemar, pensaba, por eso no la llevaba a casa, la dejaba en ese mismo sitio.

Ya tenía diez años, cuando mamá le comunica su viaje a Huamanga, todos vieron lo imposible que era apartarlo de la guitarra , que según los ancianos del pueblo , esa guitarra viene a ser su prolongación , es parte de él , ambos son una unidad, tendría que morir el muchacho, aún así, renacerá en miles de niños, en el viento, en la lluvia, en los caminos, en cada hombre sensible, en la soledad.

Todo esto llevó a la madre a decirle:
-         Hijito mañana voy a Huamanga, ¿Qué te traigo?
Respondiendo el niño de inmediato. ( corriendo a abrazarla)
-          ¡Una guitarra mamita!

Pasaron dos semanas y llegó a casa una hermosa guitarra de color negro……..

Ladislao Ramírez (2016)

martes, 3 de noviembre de 2015

Los diques y la margen izquierda del río Ica.

Los diques y la margen izquierda del río
En la foto el dique Saraja

Ica, cuenta con una defensa natural; estamos hablando de la inmensa pampa de arena (hoy San Martín de Porres, ayer conocida como "Los gentiles") que llega justo hasta donde se inicia el último dique (Saraja), construido para defender la ciudad de las inundaciones.

El primero fue hecho en el pasaje “El Dique”, aquel lugar heredó su nombre y se encuentra entre la Urbanización Pedreros y La Esperanza. Se cuenta que fue diseñado por el gringo Charles W Sutton. Años después se construiría el dique Socorro, que avanza desde el Hospital Socorro hasta el puente del mismo nombre, el cual tenía sus compuertas de madera  que permitían que el agua reingrese a su cauce. Tuve la suerte de verlas en acción el año 83.

Si El Niño se presenta haciendo travesuras y más juguetón que el del 98, podríamos ver al dique Saraja resguardado por las fuerzas del orden, ya que siempre nuestro río se desborda entre San Juan Bautista y Los Molinos.

Al otro lado del río (margen izquierda) se encontrarán los habitantes de San Idelfonso, Pasaje La Tinguiña y de la avenida Siete, quienes impedirán que el río continúe su curso por otro lugar que no sea su cauce actual.

La sinceridad del ex gobernador regional, Fernando Cilloniz, al decir que las aguas del río se van a desviar a la avenida Siete, fue cuestionada por algunos comunicadores sociales.

En Ica nunca se pensó en la margen izquierda, debido que al lado derecho del río se encuentra la Plaza de Armas, los negocios, los centros comerciales, sedes estatales; es decir, el movimiento económico comercial de la ciudad. Entonces ¿Por qué se construyen viviendas en lugares que son causes naturales? ¿Quién dio autorización para la construcción de casas entre la Av. Finlandia y el río, después del 98? ¿Por qué le llaman viviendas sociales?.

Haciendo un poco más de historia, siempre el río, incluso antes de su construcción, corrió por el sector de la margen izquierda, es por ello el nombre Parcona, cuya etimología proviene del vocablo quechua PARQUN ALLPA, que significa “tierra húmeda”.

        Juan Ladislao Ramírez Chacaltana


Dique Saraja, desde Los Patos hasta el río.
Trabajos de defensa ribereña en el margen derecho.
La población de San Idelfonso, una vista desde el dique Saraja.

La ciudad de Ica ,vista desde el dique Saraja



miércoles, 21 de octubre de 2015

Epílogo de "Canción del Silencio"




BALADA ANDINA, texto del libro "Canción del Silencio"

Canción del silencio ha logrado su tercera edición. Y en todo el tiempo desde su publicación, hace tres años, su autor, el profesor Juan Ladislao Ramírez Chacaltana, ha conseguido hacer de ella una herramienta de formación escolar. Gracias a su obra, muchísimos estudiantes han participado en concursos literarios y han reflexionado sobre la violencia política en el país a pesar de su tierna edad. Es decir, gracias a su autor, la novela ha abandonado el margen estrictamente literario para cumplir funciones sociales y políticas.
También y como parte de esta proyección cultural, se ha logrado una primera versión de la Canción del silencio, en la voz de Junior Gavilán, con los arreglos y la primera guitarra de Nicolás Bendezú, acompañado en la segunda guitarra por Chingle Canchari. Una balada andina de hondo sentimiento que sirve de base al mundo reflexivo y emotivo de Cirilo.
Conocemos de cerca a Juan Ladislao Ramírez y  todo el grupo de intelectuales y activistas que en Ica participan orgánicamente de la difusión cultural y política. Nos ha sorprendido varias veces el nivel de las diligencias que este conjunto de peruanos comprometidos con su pueblo, consigue. Y nos hemos sentido dichosos al comprobar una vez más en la realidad concreta y no en el discurso, que no es cierto que los niños no comprendan los grandes temas, lo hacen y muy bien. En las actividades referidas casi siempre está presente la niñez, pues a Juan Ladislao Ramírez y a sus compañeros les preocupa profundamente el Perú del futuro y por ello reflexionan sobre su pasado desde el mundo onírico, lúdico y concreto de la infancia. Y entonces, no podemos dejar de ver en esos niños y niñas a Cirilo, nuestro personaje, el niño que se hace hombre en una sociedad violenta, fragmentada, individualista; pero que guarda aún en sus entrañas nuestro colectivismo ancestral y dedica su vida en formación a entender el Perú para transformarlo.
En la obra de Ramírez Chacaltana la niñez y la juventud ocupan un espacio privilegiado, aquel que gira en torno al cambio social y al respeto por el arte y la cultura. Ramírez no inmoviliza ni subestima a los niños, por el contrario, entiende a la niñez como un punto de partida, como el momento en donde se toman decisiones de cómo procesar el mundo que nos rodea, el mundo que conformamos. Frente a una niñez idiotizada a conciencia por los medios de desinformación, por los programas nacionales de educación y por los poderes fácticos en perversa alianza como antes el hacendado, el prefecto y el cura; el profesor Ramírez Chacaltana nos entrega –en la vida y en la obra-, niños que piensan, niños que se rebelan, niños que crean, niños y jóvenes dignos. He ahí la importancia de Canción del silencio, voz que se levanta en la monotonía, grito de protesta, estética de la rabia y la paciencia colmada.
Ya en el Prólogo del año 2012, advertimos que la obra “nos presenta la visión de la pequeña burguesía rural, intelectualizada, que lejos de adherir a un discurso mesiánico, represivo o indolente, busca en las raíces nacionales su identidad”, y saludábamos aquello, no obstante extrañábamos al pueblo. Creemos ahora que en tres años la obra ha servido para elevar la conciencia de nuestros niños y por lo tanto se ha proletarizado, es decir se ha acercado a sus fuentes.
Estamos por ello complacidos con el trabajo de Juan Ladislao Ramírez Chacaltana y del compromiso que tiene con su pueblo. En este sentido quedaremos pendientes del desarrollo de su magisterio y participaremos -no solo como espectadores- de esa segunda parte que ha prometido entregar, aquella en donde Cirilo concurre a la transformación de la Patria. ¿Quién sabe y esté en sus aulas uno de los niños o una de las jovencitas, llamados a liderar esa necesaria revolución social que el Perú requiere? Tal vez esa segunda parte se esté gestando extraliterariamente como le gusta a Juan Ladislao, gracias a sus clases y a su novela, gracias a su actividad de reivindicar a la niñez. Acaso, el mundo del pan y la belleza llegue pronto.

Martín Guerra


Ladislao en compañía de los músicos: Nicolás Bendezú, Omar Gavilán y Chingle Canchari.


miércoles, 14 de octubre de 2015

"La Macacona" en la Independencia del Perú

Apunte histórico del 21 de octubre
Cortesía de: "Ica, su Historia y su Cultura" (Facebook)


La compañía de Jesús data de 1540, pero su llegada al Perú fue en 1557, según palabras de Cornelio Quijandría Álvarez, fue muy rica, numerosa y potente; en ella militaron hombres talentosos. Fueron los fundadores de la Institución Educativa "San Luis Gonzaga" y, al ser expulsados en abril de 1767, dejaron muchos bienes, enseres y nueve haciendas.

Sus propiedades fueron repartidas y vendidas. Ejemplo, la Catedral fue entregada a la Orden de la Merced; la hacienda Macacona, se remató en sesentidos mil cuatroscientos pesos, obteniendo la buena pro Don Rafael de Salas, padre de Don Juan José Salas.

El general Juan José Salas (Ica, 1790 - 1843) es considerado en la historia regional iqueña como el Alcalde que firmó y proclamó la primera acta de la Independencia Nacional. Por eso Don Alberto Casavilca Curaca, llegó a decir "En Ica nació la patria".

Salas también fue encargado de la Presidencia por Salaverry, fue Ministro de Estado de Gamarra, época en que los generales disputaban territorios, peleando contra Santa Cruz.

El 07 de abril de 1822, en plena lucha emancipadora, ocurre un enfrentamiento entre tropas realistas y patriotas en la hacienda Macacona. Este hecho histórico es conocido como "El desastre de Macacona". Juan José Pacheco Ibarra, nos cuenta: "Los realistas llegaron a Ica en los días de semana santa. Los patriotas decidieron retirarse de Ica para evitar un enfrentamiento, sin embargo, no se pusieron de acuerdo en la manera de hacerlo, pues temían una emboscada de sus enemigos.

 La retirada de los patriotas se haría en secreto, pero el general patriota Domingo Tristán cometió el error de decírselo a los hacendados de la Macacona, la noticia llegó a los realistas, quienes durante la noche se escondieron en los callejones de la hacienda y esperaron el paso de las tropas de Tristán.

A la una de la madrugada, los patriotas pasaron por allí y fueron emboscados en medio de la noche y una gran confusión". El general realista Canterac obtuvo una fácil victoria apoyado por Juan José Salas.

Ese día murieron cientos de patriotas y fueron capturados varios prisioneros. Algunos fueron ejecutados por haber sido realistas que se pasaron al Ejército Libertador. Enterado de este episodio el Generalísimo Don José de San Martín expulsa a Chile al hacendado iqueño.

¿Esto es lo que celebramos el 21 de octubre? ¿La proclamación y jura de la independencia en Ica (1820) por un traidor? Yo creo que es mejor celebrar la ratificación de la creación del Departamento de Ica  -región actual - por Ley del Congreso, hecho histórico señalado el 30 de octubre de 1868.

Los Jesuitas dueños de "La Macacona", lugar donde la cobardía y el poder político se ensañó con los ideales de justicia que siempre pregonaron a través de sus casas de enseñanzas fundadas en todo el mundo. Fueron autorizados a volver al Perú en 1871; pero no a Ica, pues todas sus propiedades ya no le pertenecían.

Termino con las palabras de mi buen amigo Ramón Rojas: "En Ica la historia está virgen".

                            Juan Ladislao Ramírez  Chacaltana 

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