Carta
a mi madre en el día de su cumpleaños
Colonia Penal El Frontón, 17 de mayo de 1954
Mamá Sara:
Estás leve y anciana,
Tus pulmones se
encorvan
Cual dos águilas
ciegas.
¿Hasta cuándo se
extiende tu condena?
Desde niña, bajo el
mando
De la rígida patrona.
Tu sollozo en las
penumbras
de las lúgubres
cocinas!
¡Cuánto nos costó
medio vivir!
Pero entonces eras
fuerte campeona,
Te incitaban la
esperanza
Y los destellos de mis
ojos cuando niño.
Han pasado muchos
años,
años de soledad, de
golpes y batallas.
Ahora soy un hombre
Y por serlo de veras
Me han clavado en las
rocas.
Y tú, madre, prendida
a la batea,
Hoy te duermes de
vejez, de cansancio
En lo mejor de la
tarea,
Con tu dulce cabeza
medio hundida en el agua
Como nube de blanco
amanecer.
Y pensar que la vida
no mejora,
Que seguimos crispando
los puños por el grano,
Que nos tapan la boca
con máuseres y plomo,
Que lustramos con
sangre la faz de los metales.
¡Los patrones siempre
quieren ser más ricos!
Por eso estoy fiero,
Mi voz un estallido
que se agranda.
Y quisiera hacer algo,
¡arrancar muchas cabezas!
Pero hoy solo me salen
estos versos,
Esta espiga de amor
que quiere hacerte joven.
LEONCIO BUENO