En una de las visitas a la casa
de Luis Zambrano, me contó que las palabras del poema resurrección aparecieron
al ver un papel botado en la pista, él había cruzado la acequia “La Mochica”, siempre
buscaba leer el poeta y justo al ingresar a la calle Tacna le llamó la atención
un papel en blanco, este encuentro encendió la luz. Pasar por aquel lugar, era
una ruta obligada cuando se dirigía al centro de la ciudad. Aquí el poema.
Era un papel
botado en la pista
arrugado
triste
muerto de hambre y de pena
abandonado a su suerte
entre harapos.
Era un papel
sin rumbo
golpeado por el viento
herido por la lluvia
cansado de vivir
ya sin líneas
y sin nombre
agonizante.
Cayó sobre él
un verso
y echó a volar.
En la foto que se adjunta, la casa que está junto al puente, al lado
de la acequia, le perteneció o vivía ahí el poeta Rolando Tello Pérez. Ahora
luce abandonada, sin título de propiedad a la vista, lo bueno es que la casa
abriga al sol cada día. Algunas veces lo vi sentado mirando como el agua
discurría con rumbo sur, tenía un parecido a Gabo, estoy seguro que después de
meditar esa tarde, escribiría lo versos de su poema “Como un árbol cansado”,
claro la acequia pequeña es un río. Leamos algunos versos.
“Aquí nos sentaríamos
¡Ahí! Sobre esa piedra detenida en la orilla
como un témpano invalido.
Entonces
yo abriría mi juventud
a
estas cosas y empujaría al río por mis venas,
su
canto;
y
nuestros sueños juntos, linyeras del infinito
se
irían, aún más lejos, que estos perdidos pájaros”.
A cien metros del lugar están los recuerdos de César Panduro, sus
alegrías y tristezas al jugar con su hermano Erick, el amor a su madre
Florencia Astorga natural de Los Molinos y todo su mundo.
“Se reía de los puentes
que hacía con las cañas en las orillas de la acequia
reía de su hermano que no aprendió a abrir los dientes
que dormía a su lado y lo calmaba de sus pesadillas….”
Por cosas del destino esa calle se encuentra destruida y volverá a renacer.
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