LECHUZA
es el presagio de una muerte.
Hace dos días el ave canta sobre el aire
y tengo miedo, sostengo mi cuerpo,
la mitad del sol cortado,
y siento que muero.
En Comatrana se cura el daño
y es posible que te enamores.
Yo estoy a punto de salvarme,
no me quiero casar
(por ahora),
después vienen los problemas más frecuentes
(eso lo saben todos).
Dubitativa, a veces mi felicidad, con más versos
para mí mismo, se eleva y fuga.
«No me importa saber que no he sido el primero»,
te quiero amablemente.
Y es que te has convertido en un boleto de viaje
tirado e inservible para otro destino.
Después de tantas clases amatorias,
cómo morir en un lugar donde te curan apaciblemente,
solemnemente, ceremoniosamente,
con el mismo animal que te quiere matar.
POESÍA
Escribana, bruja del río,
la del lápiz labial gastado,
hilvana mi futuro,
detenme en la vía correcta y descansa conmigo.
Rasga mi pluma con tus dedos exactos.
Dame la luna de miel
y media luna de amargura.
Ayer y mañana muérdeme con tus dientes de hielo
y borra lo escrito.
Dame el verso punzocortante para saltar de la cama,
beber tinta e incrustarme la pluma en el corazón.
Dame el pliego uniforme para el siglo XXII
Piérdete en la ciudad,
escribana, bola mágica color caqui
que ruedas y ruedas buscando un almanaque,
alguna fecha y parar solemnemente.
Bruja del río, escribana,
la del lápiz labial gastado,
treinta páginas más, por favor.
HUAMANGA
Estoy deshojando nieve en Huamanga
(¿Habrá nieve en Huamanga?).
Las hojas caen como la ciudad inclinada
y desmiente que alguna vez fue herida.
En Quinua se sabe que paz es silencio
y estoy sosegado como frío en el témpano
y planificaré mis ganas de volver
para sostenerme a miles de piedras.
Una avenida con aire y sol claro
nos despierta, la lluvia también,
se resbala la gente en su viejo calzado
y un arcoíris en la plaza mayor
pinta Huamanga y brilla
como un durazno
lustrado.
Huamanga apunta su
secreto, ese es no dejar ir
al forastero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario