lunes, 10 de febrero de 2014

La Villa de Vicencio


VILLAVICENCIO



La villa de Vicencio se ubica en un cerro muy cerca al anexo Chavincha, a escasos minutos del pueblo de Otoca, en línea recta, se camina diez minutos y descendiendo hasta llegar al río diez más.
El señor Vicencio dentro del cerro PUKAORCCO, habitaba solo, los comuneros decían:
-          ¡Se ha casado con la gringa¡
Los utensilios y todo lo que adornaba su vivienda eran de oro y plata, ni que decir de sus bridas, su cabello brillaba a la distancia cuando el descendía al pueblo.
En Otoca hasta hoy se explota oro. En aquel tiempo en que Don Vicencio era amo y señor, los comuneros tenían que pedirle permiso por si algo tenían que realizar, ningún acto empezaba sin su presencia, mandaba a todos, hasta al cura.
El cura Edmundo en la Semana Santa, se olvido de pedirle permiso y señalar la hora de la misa, el dueño de los cerros llegó cuando la misa había empezado, entró con su caballo a la iglesia, los feligreses se apegaron a la pared, el caballo relinchaba, todos empezaron a gritar. El cura levantó la Biblia implorando al cielo, sus ojos y cuerpo temblaban al pedir misericordia.
El viejo, como lo conocían todos al señor del caballo alazán, disparó hacia el cura, pero la bala no le impactó, llegando a dañar el brazo de la Patrona del pueblo Santa Rosa, de la santa brotó sangre púrpura. El caballo giró, dio la media vuelta, el camino a Chavincha era una polvareda, sus pasos tronaban como relámpago de lluvia. En la iglesia, la gente se inició una oración, algunos se acercaban al altar a tocar el brazo dañado.
- ¡es un milagro¡ decían.
Al llegar a su lujosa Villa, que él y nadie mas conocía, comenzó a recorrerla a todo galope, el cerro sonaba, se oían algunos disparos en su interior. 
Días después la gente se preguntaba:
- ¿Qué pasó con el patrón?

Al cabo de dos meses, lo vieron con un caminar cansado, sin caballo, con el saco hecho hilachas, lleno de piojos, liendres, camino a Capilla(1) lugar donde llegó a expirar.

  1. Capilla es un anexo del Distrito Santa Rosa de Otoca, los lugareños afirman que se llamó así, porque fue la tumba del Señor Villavicencio.


jueves, 30 de enero de 2014

INTICHA Y PISACCA

Foto: Ambar Gavilán Meza


Cerca del pueblo SANQUIMAYO, cuyos vocablos quechuas relacionan al fruto silvestre llamado SANQUI Y MAYO al  río, infaltables a más de 3500 m.s.n.m. Habitaba en una choza elaborada con piedras, tallos de Sanqui e ichu INTI, tenía aproximadamente veinte años,de color cobrizo, parco, con un profundo amor a la naturaleza,su compañía era un animal bastante pequeño, cuyo color a la tierra o piedras le permite camuflarse entre los cerros, semejante a un polluelo; las diferencias estaban en su cabecita, pico y patas alargadas, que le daban un aire femenino.
 La choza se ubicaba en las faldas del cerro, al costado de un corral de vacas y carneros, al fondo el río Sonconche, peligroso en los meses de diciembre a abril. Empezaba el día, Inti iba con los animales hacia la pampa, que se divisa cuando terminan los cerros. Pocos minutos antes había compartido el desayuno con PISACCA, no volvería hasta la tarde, encargándole las labores del hogar, fundamentalmente la comida y así almorzar y cenar juntos antes de presenciar e espectáculo más maravilloso de la tierra, “EL CREPÚSCULO”. Pisacca vestía con una mantita roja sobre su espalda, bajaba al río todos los días y en su piquito cargaba agua en un baldecito acondicionado especialmente para su fortaleza, limpiaba lo que había en casa. La madre de Inti, doña Urpiana, visitaba la choza los fines de mes, indagaba sobre la crianza, traía sal, chancaca, choclo, maíz tostado desde el pueblo de Sonconche para después volverse con el charqui o algún abierto.
     En una de sus visitas descubre a Pisacca, la indefensa ave que se ve despojada de su manto rojo, después muerta para preparar un riquísimo caldo al estilo de su pueblo (con el infaltable maíz pelado). Al volver de pastar sus animales Inti, muy preocupado preguntó a su mamá dónde estaba Pisacca. Doña Urpiana que se mostraba alegre por haber preparado el potaje responde:
 - He hecho caldo ¡pela! como a ti te gosta hijo...
Foto: Ambar Gavilán
     El joven, no pudo contener su tristeza, lejos de recriminar a su madre, salió de la choza miró al río y se puso a llorar, no quiso comer el delicioso plato que se encontraba al costado de la casa, sobre una piedra, sólo pensó en coger el hueso más largo de su amigo, el pequeño animal, para luego elaborar una quena.
     Al primer toque resultó una melodía muy hermosa con tono a Yaraví; abandonó la estancia, se echó a andar cuesta abajo. Camino a Uchumiscca. En el camino dos zorras alertadas por el sonido de la quena conversaban: “Qué bonito toca su música ese joven”, respondiendo la otra: “sí, vamos a decirle que nos preste” .Las astutas zorrras se convirtieron en dos hermosas mujeres y fueron al encuentro de Inti, quien no dejaba de tocar por todo el camino, pensando llegar al pueblo del Ingenio. Al acercársele lo saludaron muy atentamente, alabándole y diciéndole que la melodía que él tocaba nunca se había oído por todo el verde valle de Sonconche, pidiéndole una de ellas la achinada:
_ Préstame tu quena.
Inmediatamente, Inti dio respuesta
_ No señoritas, pensó un pequeño segundo - no puedo prestar mi quena a quien no conozco - No había terminado de hablar cuando le dijeron:
-  Somos profesoras de Palco, hemos venido a recoger flores de Ccantu.
Accedió el joven a entregarles por un momento e hueso de Pisacca con manos no firmes, temblorosas como dudando; las zorras ni bien tuvieron el instrumento  en las manos se echaron a correr a una cueva al oeste del camino, a unos doscientos metros. Inti muy desesperado persiguió a las hábiles mentirosas, quienes ya habían vuelto a convertirse en ágiles zorras.
Al identificar el escondite mediante el rastro, el joven, muy cansado tiende su poncho  se sienta reposando su cabeza sobre una piedra, retoma su ejercicio mental, Después de dos horas de descanso pensó que se encontraba solo, no quería abandonar el lugar pues eso significaría perder su quena. Ya en la oscuridad baja al río a beber las diáfanas aguas que reflejaban su silueta, al fondo divisaba la luna, cuando en ese momento, como cómplice de la noche, una chiririnca, aquél animal negro y verde parecido a un moscón que hace su aparición ni bien llega la muerte, haciendo un poco de ruido se presenta. Le plantea que se haga el muerto en la puerta de la cueva, que ella aparecería a rondar su cuerpo.
_ Así las zorras  pensarán que estás muerto. 
Intincha, que así lo llamaban en Sonconche, le agradeció la genial idea.
– Gracias hermanita. Tal vez sea mejor quedarme ahicito  eternamente.
No bien amanecía en el lugar pactado, se encontraba el joven inerte, con el sol que aparecía en el abra de aquillane, vino la chiririnca a rondar el cuerpo de Intincha.
Una de las zorras, al escuchar el ruido de animal negro que volaba sobre la cabeza del músico, comunicó a la otra la fatal noticia. Se acercaron al supuesto cadáver:
_ Pobrecito, murió de pena.
Tocándole su boca también decían:
_ Cómo tocaba su quena por esta boquita.
Una de ellas llegó a tocarlo con sus labios, reaccionando Inti a la velocidad del rayo, cogiendo la quena hecha del hueso de Pisacca, brotando la alegría como el agua en el puquial. Las zorras, asustadas volvieron a su escondite. El plan elaborado por la chiririnca fue exitoso,el insecto que muchas veces observa la lucha entre la vida y la muerte, experiencia obtenida para vencer a las zorras, estaba feliz.
 Momentos después la mosca fatal le pregunta a Inti_ ¿A dónde te diriges? _ Inti le contestó: _ Voy hacia la costa con la pena de dejar los cerros, los ríos y las aves.Siento que por un tiempo no podré compartir la vida con mis animales, también comprendo amiga, algún día nos encontraremos y tu plan será real, ya no una simple treta_ La chiririnca haciendo un poco de filosofía: _ Es verdad, hoy estoy en Sonconche, voy viajando al pueblo de Ocaña, pués ahí donde se acaba la vida compartiré la muerte.


Relatos Sonconchinos,( La Pacccha 1997)


PASCUALA ( de relatos Sonconchinos)



La señorita se detuvo a contemplar el remolino en el pequeño pozo de agua que formaba el río Sonconche, muy adentro tuvo que caminar hasta llegar a Jollatanchi, allí el arco iris descansaba cada vez que dejaba de llover.

- Qué hermoso lugar! decía.

A aquel lugar llegaba con sus carneros a las doce del día, tomaban agua y ella imaginaba saltando las piedras correr de la mano con aquel muchacho, que le había despertado el sublime sentimiento, llamado Amor.

¿Será amor lo que siento?
Tendía su manta, se extendía mirando la inmensidad del cielo, mientras los chihuacos jugaban entre los árboles, armonizando con su canto el sonido del río, que discurría suavemente.

Cada día recordaba con más frecuencia a Natalio, joven al cual llegó a amar; pero él hacía mucho tiempo que viajó a trabajar a la hacienda Condogña cerca al valle de El Ingenio, con el paso del tiempo perdió la esperanza – ya tendrá otra decía- lloraba por las noches en su casa, cuando su madre iba a regar los maizales, por las noches, le encargaba que cuide a los huachos. Aprovechando la soledad,salía a contemplar el límpido cielo,se sentaba en la piedra que utilizaban para moler,lugar en el cual pensaba de todo. El sueño le llegó, estaba casi dormida, cuando escucho el brinco de sus ovejas, corrió y observó que se dirigían al río. Ella siguió detrás de sus animalitos. Cuando estaba para llegar al río escuchó el sonido de la quena, tambores, …. ...a lo lejos  divisó un pueblo en fiesta. Pensó:
- ¿Tanto he caminado?
- ¿Ya pasé por el lugar Jollotanchi?

Al ingresar a sus calles su respiración era otra, tenía desconfianza al avanzar, llegó a la iglesia, vió que la gente bailaba en ronda por el contorno de la plaza. Se detuvo a contemplar el lugar, cuando en ese instante divisa a Natalio acercarse a ella desde una esquina. Sonrió, tocó sus manos, sintió un calor interno por todo su cuerpo. Empezó a temblar, mirando el cielo quiso comprobar su duda entre la realidad y la ficción,( al contemplar la luna, el sentimiento de todas las noches afloró). Su color de rosa fue tornándose rojo acompañado de la felicidad. Muy alegre corrió en su encuentro. Se abrazaron fuertemente, ella se sintió en el aire.

Aquella noche, era la mujer más feliz de la tierra. Natalio levantó su poncho, del bolsillo izquierdo sacó un anillo, tomó su mano derecha, hablándole en quechua le dijo en el oído dulcemente.
- Sumaq munay warmi. Kuyay.
Respondiendo ella con la sonrisa, que muchas veces llevaba al joven a agarrarle los cachetes rojos.
- ¿Karuchu llaqtayki?. Él le respondió
- “Pakarina jinchay”

Se tomaron de la mano, uniéndose a la ronda que corría chocándose entre ellas, Natalio jalaba y hacía retroceder al grupo, a la derecha, a la izquierda, risas por todos lados, aquel pueblo parecía que gozaba la fiesta del maíz en el mes de mayo, por todos lados se escuchaba.
¡Muyuy kamusun!
¡Tusuy kamusum!.
Pascuala abrazándose al cuello de Natalio le dijo:
- Tengo que irme, ya es tarde. Además tengo que buscar mis ovejas.

Natalio, descolgó su chalina blanca y la puso sobre el cuello de Pascuala envolviéndola  con ternura.
- Está haciendo frío, abrígate bien, llévatela, cuando vaya a Sonconche me la das. Con un beso apasionado en medio  de la ronda se despidieron. Tomados de la mano avanzaron por el camino que subía cerca al campanario. Poco a poco sin darse cuenta la mano de Natalio se había soltado y Pascuala apareció sola en el río.

Los enormes eucaliptos que crecían en la ladera del río cubrían la débil luz de la luna, penetrando pequeños hilos sobre las piedras. El agua del pozo brillaba, reflejando algunas burbujas que corrían encima del caudal diáfano. Ella se encontraba en la banda, cerca al camino que conduce al pueblo de Añamarca. Miró su mano, no tenía el anillo que le había regalado su novio. Desesperada entra al agua y comienza a buscar, mojándose totalmente, sus piernas temblaban , sus ojos dejaron caer algunas lágrimas. No lo encontró, se fue asustada, llevando sus ovejas que se encontraban descansando en la orilla.

Al día siguiente, desde chacra-chacra, viene al pueblo, busca a su tía Victoria. Le cuenta todo lo sucedido. Doña Vito le dice:
- Ay hijita ese pozo es encantado.
- Musquy Pukiu.

Después de todo lo que le comentó la tía. Ella volvió a Jollotanchi llevaba muy metido dentro de su alma el amor por aquél hombre.

El pensamiento le debilitaba, solo tenía memoria para el amor, un disturbio se apoderó de su conciencia. Poco a poco se fue volviendo loca. Su madre la vio caminar desnuda por el valle, preocupada comunica a sus familiares. La vestían, pero ella dejaba la ropa en los montes de alisos y retamas de Paqueta. Andaba desnuda, llorando y llamando siempre el nombre: Natalio, caminaba por todos los lugares de la campiña. Al pasar por Manzanayocc le aventaban agua caliente, le decían:
- ¡Fuera loca!
- ¡Vete Loca!

Hasta que un día del mes de diciembre, en la semana Pascual se quedó dormida en una cueva, la lluvia era intensa,toda una semana no paró,la quebrada se cubrió de neblina, los cerros se pintaron de blanco, no se podía ver mas allá de un metro, los danzantes de navidad sonaban con alegría sus sonajas, nadie se acordó de su existencia.. En aquella cueva de Paqueta la roca llegó a ceder, aplastando la débil humanidad de Pascuala, la mujer que murió de amor, símbolo de la pasión, ternura y belleza de las mujeres de éste pueblo.
Foto: Ambar Gavilán

                                                                                      Relatos Sonconchinos

                                                                              Prof. Ladislao Ramírez

miércoles, 29 de enero de 2014

Entre Ica y Pisco


En esta oportunidad debo empezar mi viaje imaginario a Pisco, con un párrafo de la historia de la emblemática Institución Educativa “San Luis Gonzaga” (1)
“Durante la ocupación Chilena, el local sirvió de cuartel al ejército invasor. Los muros Sanluisanos han visto las caras demacradas de los iqueños que, por defender el honor nacional, fueron sentenciados a muerte, de cuya portada partía la carreta fúnebre que a toque de tambor fatídico, anunciaba la conducción del reo que iba a ser ajusticiado en las tapias del costado derecho del puente Amantible. Allí fue derramada la sangre de los patriotas iqueños”. Es lógico suponer el trayecto que seguía la carreta fúnebre, iba por la antigua calle Pescadería (hoy conocida como Tacna), llegando al Hospital e Iglesia San Juan de Dios doblaba a la izquierda, para dirigirse por la Calle donde abriera los ojos al mundo Pedro Abraham Valdelomar Pinto (Jirón Arequipa). Ayer me detuve en el lugar recordando la “Oración a la Bandera”. Hablo de aquél Iqueño que escribió en Italia el cuento “El Caballero Carmelo”, Según J.C Mariátegui, “La emoción de su infancia está hecha de hogar, de playa y de campo”. Pasando por el Coliseo Municipal llegamos a la calle Chota, ahí se encuentra el puente Amantible.
Enrique D. Tovar y R, Biógrafo de Fray José Ramón Rojas de Jesús María, en su libro: “El Padre Guatemala” nos cuenta las actividades del  “Apóstol de Ica” en los pueblos vecinos (Cap. XIV). Para irse al norte salió por la calle de San Juan de Dios y se fue hacia la Hacienda Saraja, manifestó su deseo de ver la hacienda con un nombre cristiano, proponiendo el nombre de San Isidro en lugar de Saraja. (Etimológicamente la palabra Saraja deriva de dos voces Quechuas: Sara = Maíz y Acca = Chicha. Hasta hoy el lugar y el cerro conservan su nombre, también su color, el de la chicha de maíz o jora). El pueblo hacía donde estamos viajando deriva del vocablo Quechua: PISQO = Es el nombre genérico para designar a las aves, en la península transcienden y perduran las aves por el mar, esta característica es muy notoria en el Idioma ancestral. Al quechua que se hablaba en toda la costa lo llamaban Yunga. “Mejor aceptación tuvo el bautismo de otros barrios- léase pueblecitos- que el santo Padre hizo aquel día en su procesión más al interior de la pampa”. Encontró, pues, el barrio de Saraja Chiquitín y pronunció con autoridad: “Saraja Chiquitín, desde hoy te llamarás San Joaquín”. Es el San Joaquín que todos conocemos ahora. Debo indicar que era por este lugar la salida hacía Pisco, la avenida conocida hoy como Arenales, en honor al ingreso del Coronel que, llegó a Ica procedente de Pisco, enviado por San Martín para perseguir a los españoles. El hermoso nombre que lleva el pueblo de Guadalupe (2) también fue puesto por el Padre Fray Ramón. En homenaje a la veneración del Pueblo Mexicano. Estamos camino a Pisco ya pasamos por Guadalupe, empezamos a divisar la inmensa pampa de Villacurí, el cielo es algo gris por las paracas, ya iniciamos agosto y el viento sopla con rabia. Se pueden imaginar ¿cómo era la travesía en tiempos de de Fray Ramón? Les cuento, sólo se podía ir a Pisco en cabalgadura, a lomo de bestia. Hoy a pesar del frio y la neblina en el desierto, el sol quema mucho más que aquellas épocas, los rayos ultravioletas….mejor no sigo, pobres campesinos de las Agroexportadoras. Llegamos a Pozo Santo, de niño nos relataron algo, muchos lo llamaron “El pocito del Prodigio”, hemos bebido el agua bendita, la hemos traído muchas veces a casa sin saber que existe una Leyenda relacionada con el Padre Guatemala. También una  Tradición de don Ricardo Palma que lleva por nombre ”Las brujas de Ica”. Palma escribió muchas cosas sobre Ika “La Achirana del Inca”, algo más por lo cual tenemos el título de Tierra santa, señalando que aquí “El diablo perdió el poncho”.
Desde 1871 una línea férrea, de 77 kilómetros de longitud unía la Ciudad de Pisco con la hoy Capital de la Región Ica. Rápidamente nos damos cuenta la cercanía de su inauguración con la Guerra con Chile (1879), se dice que los Chilenos la destrozaron, volviendo a funcionar pero por poco tiempo. He podido ver sus restos como arqueología ferroviaria en algunas casonas, también en una toma de agua o compuerta. La estación se ubicaba en la Calle Lambayeque (Ministerio de Agricultura). El sonido cansado del tren ya nos anuncia que hemos entrado a Pisco, esperamos darnos un tiempo para conocer los descubrimientos de Don Julio C. Tello.
Termino mi columna, con un par de datos para mis colegas Maestros amantes de la historia y tradiciones de Ica. El historiador Antonio Zapata recuerda que su elección profesional se debe a que tuvo buenos profesores en esta materia, que “llevaban a los alumnos a los lugares donde sucedieron los acontecimientos históricos, haciéndoles sentir que lo dicho en los libros no era asunto del pasado, sino que tenía que ver con su presente y futuro”. Por otro lado Jesús Cosamalón  afirma” todos los procesos históricos han conllevado violencia. Se habla de esta no para generar más sino para aprender a construir una sociedad justa y encontrar caminos para que no se repita; además de sanar las heridas. Gracias por su inteligente lectura, nos vemos en la próxima hablando de la misma pampa de Villacurí , esta vez acerca del Bandolerismo en la Región.


Juan Ladislao Ramírez Chacaltana
(1) QUIJANDRIA ALVAREZ, Cornelio, Origen y fundación del Colegio e Iglesia de San Luis Gonzaga de los Jesuítas de Ica. TIP "CULTURA", ICA, 1961.
(2) Distrito Juan José Salas, su capital Guadalupe.

jueves, 23 de enero de 2014

Ocaña en el Perú

OCAÑA: EN EL PERÚ – AYACUCHO - LUCANAS



GÉNESIS
Ocaña Querida

GUSTAVO BACACORZO: Ha escrito para el libro “El Ejército en la Independencia del Perú”. Al desarrollar el tema Perú, Reducto del poder colonial. ¿Tropas y Generales Españoles? Manifiesta: “Elocuente prueba en que de los “españoles” que cayeron prisioneros en Ayacucho y aceptaron la capitulación subsiguiente, 387 entre generales, jefes y oficiales y 364 individuos de tropa, solamente pidieron retornar a Europa. Posteriormente, de los capitulados del Callao, 88 se retiraron a la Península, en tanto que 312 peruanos quedaron acá. Los cientos de desertores tampoco figuran en dichas cantidades”(1). Después de la Batalla de Ayacucho algunos mandos españoles se dirigen hacia el norte otros hacia el sur. La prueba de ésta decisión tan de moda por los militares de la península era en alusión a la decisión de Don Francisco Pizarro en la famosa Isla del Gallo. Ayacucho, la actual Región del Perú, hoy cuenta gracias a éste episodio con dos OCAÑA, una ubicada en la frontera con Huancavelica al norte y la otra en la Provincia de Lucanas, muy cerca de Palpa (Ica) al Sur.

En la colonia hubo nombre de lugares, en los cuales, abundaban animales, flores, frutas. En el caso de Ocaña, su nombre deriva, por ser el punto final de la quebrada, hasta donde llegaban los sembríos de la caña de azúcar. Algo que hace más próxima esta hipótesis es que existen lugares con nombres relacionados a la industrialización de la caña, en su derivado (valor agregado) el alcohol de caña o “cañazo”. Dicho lugares son: Trapiche, Molino y el nombre Caña Caña a un kilómetro del hoy Ocaña. Es más el escudo del distrito en la parte central, tiene el animal característico de la zona “El chivo”, que fue traído por los españoles, para fabricar los odres (vasijas de cuero donde se fermentaba el jugo de caña y así obtener el alcohol).

LA RUTA DE LOS OCAÑINOS

Ocaña peninsular se ubica en Castilla, Toledo, La Mancha.(2) Todos ellos cerca de Madrid, capital de la República Española. Desde estos lugares se embarcaron hace muchos años, hombres que concebían el oficio de las armas como una forma de tener fama y fortuna. Otros con una visión de ayudar al prójimo tal cual lo manda las sagradas escrituras. Esto fue el motivo por el cual en 1767 la Congregación Jesuita fue expulsada del Perú. En nuestra patria habían dado muestras de una formidable organización. En todos los campos, evangélico, económico, cultural y filosófico. Para su época eran considerados progresistas.

Los ocañenses cuyo gentilicio es español, caminaron por todas las colonias de España, en todas ellas fueron dejando el recuerdo del pueblo que lo vio nacer, tal cual lo han hecho escribiendo en bellas páginas literarias como: “Las coplas a la Muerte de su Padre” escritas por Jorge Manrique así como “Peribañez y El comendador de Ocaña” escrito por Lope de Vega. Ni que decir del lugar La Mancha centro de las aventuras del “·Ingenioso Hidalgo Don Quijote”. Obra que colocó a Miguel de Cervantes Saavedra como literato insuperable.

La web nos ha acercado también a la Ocaña en la Gran Colombia ubicada en el Departamento del Norte de Santander, en la frontera con Venezuela; Ocaña en Santiago de Cuba, también, la Ocaña en Filipinas. Hecho que tiene una feliz coincidencia, con el surgimiento de la Generación  del 98. Generación de escritores, que compartieron una actitud política avanzada y una honda preocupación por los problemas de España.

En 1898, España perdió definitivamente sus últimas posesiones en América y Asia: Cuba, Puerto Rico y Filipinas.

Todos los acontecimientos mostrados, ubica a los de la Provincia de Toledo en España, haber fundado pueblos con el nombre de Ocaña, la lejana Ocaña que mantiene hasta hoy, un profundo sentimiento hacia sus raíces maternales de conservar su fe que está más allá incluso de la eternidad, Debido a que, hoy en el Perú los nombres de las grandes ciudades españolas, aquí son apellidos como: Valencia, Toledo, Ocaña, Talavera, Castilla, etc.

OCAÑA: TIERRA SANTA DE LUCANAS
Ocaña es nombre hispano, tiene sus orígenes en la caña de azúcar. El lugar de la sede antes de la llegada del capitán de las fuerzas realistas, lo denominaban caña solamente, debido a la lógica de la abundancia, ya que los sembríos llegaban hasta el hoy Ocaña, lugar donde se adaptaron formidablemente los chivos, animales del cual se fabricaban odres, y así fermentar el alcohol de caña.

El Capitán español: Domingo Gavilán Guevara, llegó por ese lugar a inicios de 1825, después de manifestar su deseo de quedarse en tierras peruanas. Participó en la batalla de Ayacucho, no firmó la capitulación, tampoco quiso regresar a España. Desde las pampas de quinua inicia el viaje hacia la hoy Ocaña, siguiendo la ruta de Toccto, Vischongo, Vilcashuaman, Cangallo, Huancapi, Huancasancos.

Al llegar al lugar le impresionó la quebrada, la cercanía al río y la majestuosidad de sus cerros adornadas con grandes piedras, al cual los chivos al posar sobre ellas, le daban un aire de caballero, cambió el lugar, bajó aproximadamente 400 metros, ya que el lugar Ñaupa Llacta, no le pareció estratégico. Tomó como referencia el encuentro de las quebradas que vienen desde el Este (Ocobamba) y el Oeste (Laramate).

Su figura y personalidad de militar, le permitió ascender rápidamente a cargos. Una de las decisiones inmediatas de él fue: agregarle la “O” al lugar llamado Caña, por su adecuación fonética al lugar que se ubica en territorios de Castilla en España, tan rica en historia y tradición en la cual surgió nuestro castellano. Allá en la Villa de Ocaña había nacido su madre. Ella le había rogado mucho a Dios, lo conserve con vida y salud, suplicándole no embarcarse a las Indias.



                            PROF. JUAN  LADISLAO  RAMIREZ  CHACALTANA


www.ibercultura.com/provincias/toledo/ocaña



(1) Gustavo Bacacorzo “Perú Reducto del Poder Colonial ¿Tropas y generales españoles? El ejército en la Independencia del Perú. Tomo IV Pág. 214 (15).
(2) www.ibercultura.com/provincias/toledo/ocaña 

martes, 21 de enero de 2014

Samira Saravia ( relato recopilado en San Pedro de Sonconche)


Foto: Ambar Gavilán
SONCONCHE - PERÚ
Fría madrugada en las punas sonconchinas, en el lugar Ccajre desde la media noche, Cirila no podía dormir pensando como le iba ir el día, se aproximaba el encuentro con el apu, aquel que cuidaba su ganado y permitía que aumentara,  después de la fiesta del pueblo de San Juan de Saulama ella preparaba su erranza, fiesta en la cual marcaría su ganado. Con 20 días de anticipación, se realizaban  los pedidos, la cantidad de víveres y fruta, llegaban con su sobrina Samira, que venía desde el pueblo de Otoca con 16 mulas. La voz de  la chica la puso más tranquila, arrancándole una sonrisa a doña Cirila, ¡Jesús!, Hija tan temprano son las tres de la mañana, ven abrígate, samarikuy. Los perros conocían bien a la jovencita, pues no habían dado un solo ladrido,  la dueña del corral más grande de toda la comunidad de Sonconche, contaba con mas de doscientas vacas, sin contar los becerros, habían perdido la cuenta de sus carneros, ya que en el distrito de Otoca, el ganadero Lando - quien le compró 80 - le hizo pasar un buen rato a la chiquilla en la acequia de Capilla, lugar donde perdió su virginidad a la edad de diecisiete años, siempre anduvo recordando aquél momento de felicidad, los sauces y la grama le hicieron el día perfecto, su cuerpo robusto se quedó retratado en el agua.
 Con un retraso de dos días al fin llegó a la estancia Samira, muy contenta acurrucando en su pecho la foto de aquel hombre que la había engañado, él tenia su familia en la ciudad de Ica, era el año de 1964 recién se había creado el Distrito de San Pedro de Palco, con el nombre del pueblo vecino. Los invitados empezaban a llegar siendo recibidos con el alba por los ladridos de los perros. Samira comenzó a organizar a la gente a cada uno se le fue acercando:
- Eres Segundino?... Aja kichu, el peón del patrón Leoncio. 
¿Cómo estas? 
- Imaynalla kachkanki…
- Valeria hay que cocinar harto, hoy estamos de fiesta.
Poco después mucho más tarde llegó Pantacha, no necesitaban verlo de cerca para saber que era él, le conocían la voz, su caminar, su olor y valentía. Eran las nueve de la mañana y el sonido de los Huaqrapukuy (sopla cachos)comenzó a sonar, La dueña (Cirila) era muy amante de los toriles y santiagos, música donde se baila al sonido de los toros y vacas. Sentadas en la pirca del corral, tres señoras cantoras venidas del pueblo de Añamarca (Trigal) vestidas con vivos colores, iniciaban algunas letras como ensayo, sus polleras jugaban con sus voces, todo era alegría.
  
-  Ladrona cachuda me dices, Pero mi leche estan tomando, perro y todo, gato y todo, mi suero están tomando... 

Hombres expertos en lacear ganado se ponen en acción, algunos todavía no se Comprenden, al mando de los mejores de cada anexo, que conforman la comunidad: Don Rosauro Palomino, el cazador de jarjachas por Sonconche; el Macho por Habaspata;Quintín por Saulama; Basilio por Rudacancha; Inca por Sanquimayo; Bendezú por Lloquecancha, y Sinforoso por Huaccralla, todos ellos junto a Pantacha, son los que asisten en varias oportunidades a  participar en esta celebración debido a la fama que adquirió Cirila en toda la Provincia de Lucanas, única en su género, pués opacó a los criadores varones por varios años.
Pantacha tenía un presentimiento,  el hecho de vivir en comunidad no lo llevó a contar a nadie su preocupación, ya que, para ellos vivir es llevar la muerte en la punta de los dedos, se sentó un momento y caviló:

- Si me eligen  traer al supay, me defenderé con mi huaraca (honda).

El conocía el lugar, un bosque de ccenhuas, que ponían el cachete rojo al cerro mas elevado de la zona, allí habitaba un toro barroso, que en los meses de agosto de cada año escarbaba la tierra, como si conversara con una dama o queriendo enfrentar al enemigo, habían terminado de marcar los animales con cintas de colores, las vacas lucían hermosas, simpáticas, felices y  los huachos retozaban en la pampa.

Vestida de color rojo apareció Cirila - la anfitriona  - y dijo:
- Me falta uno, esta allá detrás de ese cerro que se desgrana como maíz, a la vueltecita entre los árboles rojos.
    ¡Uy! .....dijeron todos en carcajadas, pues el licor conocido como cachucho embriagaba muy rápido. Acercandose donde el muchacho le dijo:
- Anda tu Pantaleón estás jovencito, volverás rápido; pero no te vayas a ir como los otros ( En años anteriores a los designados, se les veía partir ; pero no volver) , les preparo su morral y se van a la costa ya no vuelven.
- Ándate maktacha, me traes al toro....
El muchacho obedeció en silencio, tomó el pequeño costalillo con papas, queso y cancha, lo amarró a la espalda con su honda y emprendió decidido. Solo una hora bastó para llegar al lado del cerro Huachoka. Sabía donde se ubicaba el toro, calculó la distancia desgranando las cabezas de ajo que llevaba en el bolsillo, para evitar ser reconocido por el olfato del animal, antes de avanzar defecó, recordó que el antídoto mas eficaz contra el veneno de la víbora y encanto era ese mojón llamado por los agricultores del valle de Sonconche como “hierba sin raíz”, la que aparece por los caminos en la zonas rurales, preparó pacientemente la munición para su honda, sabía también que no podía acercarse menos de 50 metros, para evitar ser cogido por la lengua del toro, que permanecía bramando, babeando desesperadamente. El animal utilizaba su músculo bucal para atrapar a sus víctimas.
 Años anteriores los demás comuneros elegidos habían caído como mansas palomas al acercarse al animal que extendía su lengua y los tragaba, no regresaban a terminar la fiesta de Cirila, ella cada año tenia que entregar como pago a Huachoka la vida de un ser humano y así continuar con el pacto establecido. El acuerdo debía renovarse luego de enterrar naranjas, licores y coca, sólo así su ganado seguirá aumentado. El espíritu del cerro, representado en el toro barroso, se encontraba famélico, hambriento, necesitaba saciar su hambre y sed. Pasando  las cuatro con treinta  de la tarde, había aumentado su respiración, comenzó a embestir los árboles de ccenhua que lo rodeaban, el cerro había empezado a tronar; entonces Pantacha se inclinó detrás de una piedra y entre sí dijo: 
- Es hora.
Avanzó llevando su honda en la  mano izquierda, comenzó a  lanzar sus municiones preparadas con excremento humano,  pajas de ichu y saliba. El primer hondazo  sorprendió al toro, llegó a caerle por entre las piernas que cambiaron de color, del rosado al negro; la segunda le cayó por el lomo, fue entonces cuando el toro parecía que lo hubieran punzado con cuchillo, luego de haber comido mucha alfalfa inmadura, eructaba como “aventao”;la tercera y definitiva le impactó en la frente media azambada, tranquilizándolo por un un instante. Entonces Pantacha seguro de haberle quitado todo lo maligno se le acercó y le dijo:
 - Ahora patrón tenemos que irnos (...)
 El muchacho empezó a arrear al toro camino a Ccajre, al bajar la lomada cerca de las siete de la noche el toro se sacudió, divisó la luz que alumbraba el patio de la estancia de doña Cirila y mugió poderosamente. La infeliz señora al escuchar ese extraño sonido empezó a temblar.
- Lo está trayendo decía entre sí...
 Empezó a tomar, bailar, reír, cantar alegremente como despidiéndose de este mundo. 
El animal caminaba a buen ritmo y no tardó mucho en llegar al corral, Pantacha fue recibido por su amigo Juancho con un vaso de trago, lo ingirió muy rápido estaba con sed, le pidió chicha y se puso a soplar su huaccrapuko, ya en el corral el toro comenzó a seguir a las vacas como si hubiese estado reprimido sexualmente, no dejaba de mugir y trepar a cuantas vacas había en el corral, algunos decían es un garañón, bonito toro que suertuda la Cirila, le preguntaron a la dueña para marcarlo al barroso.
 - ¡Mañana temprano!, contestó ella. 
Foto: Ambar Gavilán
Al día siguiente  - desde las cuatro de la madrugada - en el corral había un silencio sepulcral, todos se encontraban ebrios, los dormidos se despertaban y de a poco se iban yendo, los perros empezaban a ladrar sin descansar. Al despertarse Samira Saravia  dirigió la mirada al corral, sorprendida se preguntó: 
- ¿Dónde están los animales?
 Fue hasta el muro, vio muchos sapos que saltaban, se miraban entre ellos, muy asustados, en sus gargantas de cada uno daba la impresión de querer gritar. De inmediato va a darle la noticia a la tía Cirila, mira que  la cama está estática, levanta los ponchos uno a uno, encuentra unos cueros enrollados, la tía, junto al barroso y sus animales habían desaparecido, el encanto  se  los llevó, siendo tragados por el cerro . Samira asustada y siempre con la foto de su amado ganadero, huyó hacía un pueblo ubicado en Nasca de nombre "El Ingenio", a continuar la vida…
Flor Samira


Recopilación hecha en el Pueblo Sanquimayo, en junio (año 1993)

viernes, 17 de enero de 2014

Ica, una mirada de José María Arguedas

“El chaucato ve a la víbora y la denuncia; su lírica voz se descompone. Cuando descubre a la serpiente venenosa lanza un silbido, más de alarma que de espanto”.
(Inicio del cuento Orovilca)

Nuestros antepasados  Iqueños hablaron una lengua andina, que procedía de la familia lingüística Aru. En el Perú existen por lo menos dieciocho familias lingüísticas. Algunos historiadores o estudiosos mencionan al Aymara; otros al Yunga,  nombre que recibía una lengua que se hablaba en los llanos, tal vez, la confundían con el quechua.
El pensamiento se expresa a través del lenguaje, siendo la palabra su forma más usual. En tal sentido las obras escritas por José María Arguedas exponen un mundo- el mundo andino- basado en su experiencia. Blanca Varela, en un artículo publicado en 1962 dice: “ Dos mundos se abrazan y no pueden separarse más  y crean otro, el del poeta que relata con voz castellana lo que vivió en quechua”.
En Ica Arguedas nos presenta un ambiente mítico que refleja una realidad hallada en sus orígenes. En ese entender no es gratuito ponerle el nombre de una laguna a su cuento (Orovilca), señalando también en la especie narrativa “ En el valle de Ica, donde se cultiva la tierra desde hace cinco o diez mil años, y cerca de la ciudad hay varias lagunas encantadas”. En este punto debemos entender que dentro de los Dioses naturales de los Incas estaba el mar o Mamacocha, diosa “madre de los lagos o del agua”. En unas de sus cartas que envía a su hermano Arístides Arguedas, de fecha 19 de noviembre de 1942, estando José María en Lima escribe: “ Yo estuve bastante mal por el exceso de trabajo y pude conseguir unos ocho días de licencia para ir a bañarme a La Huega”. Los Iqueños muy aplicados al pensamiento occidental o hablantes del español, hemos desaparecido nuestras lagunas y le dimos una estocada final a La Huega convirtiéndola en un basural. Hoy ya podemos escuchar la voz del chaucato- ave sagrada de Ica-, que es representado en su cuento como el agua subterránea, opuesto a la víbora relacionada al aspecto maligno del sol.
El mundo andino es colectivo por eso se habla de la fuerza de la comunidad. El hombre de Paracas es el más antiguo habitante conocido del litoral peruano de aproximadamente 5,750 años a. C. A su costado se encontró una quena (flauta de calabaza que también existe en el museo de la Institución Educativa San Pedro de Sonconche- Ocaña.), siendo este instrumento de viento una de las primeras expresiones musicales del Perú. José Antonio del Busto precisa: “La gente de esta época en Paracas todavía vive agrupada en hordas o bandas en razón a un parentesco común”. Ahora se entiende el por qué no menciona en su obra al Saraja, cerro guardián de Ica, estoy seguro que es debido a que se encuentra solo, al margen del desierto inmenso lleno de dunas que representa lo colectivo, (sólo se menciona Saraja refiriéndose a la laguna).
Vida y obra del Amauta
“La utopía arcaíca, José María Arguedas y las ficciones del indigenismo”, es un ensayo sobre Arguedas que escribió Mario Vargas llosa, para demostrar que el mundo andino o sueño indigenista carece de sentido, y que los indigenistas nada tienen que decir  ni hacer en el futuro del país; pero,  lo mencionó en su discurso Nobel del 7 de diciembre de 2010 donde dice: “Un compatriota mío, José María Arguedas, llamo al Perú el país de “Todas las sangres”. No creo que haya fórmula que lo defina mejor”.

Sin embargo a pesar de todo lo señalado continuamos invirtiendo millones en traer agua de la sierra pero no hacemos nada para detener el agua extraída del subsuelo. Los propietarios -nacionales o extranjeros - se enriquecen con el Boom Agroexportador permitiendo el descenso de nuestra napa freática. Necesitamos autoridades inteligentes que den una mirada al siglo XVI y entiendan la confrontación producida por la conquista. Ello implica también revisar la tesis doctoral publicada por la UNMSM “Las comunidades de España y del Perú”, donde investigó nuestro Tayta entre otras cosas, cuáles de las raíces andinas y peruanas vinieron del viejo continente. Sólo Respetando nuestra multiculturalidad, y revisando nuestra historia encontraremos nuestra verdadera identidad de iqueños.
Dirección Regional de Educación Ica

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