La piedra estrella |
Coayllo, es un pequeño poblado pre-inka,
antiguamente los campos reverdecían de vegetación, sus habitantes se dedicaban a la agricultura
obteniendo diversos productos para abastecer a su pueblo, guardarlos
celosamente y usarlos en épocas difíciles. Siempre tuvieron agua para irrigar
sus tierras. Abundaban las menestras, los zapallos, los camotes, el maíz,
además varios frutos como el níspero, ellos comercializaban con sus vecinos de
la costa, también con poblados de la sierra cercana, nada le faltaba.
El jefe del poblado tenía una hija llamada
Estrella en su traducción española, muy hermosa ella, orgullo de sus padres y
de su pueblo. Ella se encontraba en la edad de contraer matrimonio, por lo que
sus padres estaban preocupados en buscarle un compañero, él sería esposo de su
hija y futuro jefe del poblado, tendría que elegir bien.
En esos días llegó al lugar, un personaje que
venía de la zona este de la quebrada, el joven destacaba por su presencia, buen
vestir y don de gente. Se quedó un buen tiempo en el pueblo, ahí conoció a
Estrella, de quien quedó prendado desde el primer momento y tomó la decisión de
hacerla su esposa. Para ello visitó la casa de la joven y así hablar con sus padres, la intención era
demasiado clara, quería tomarla para esposa suya. El visitante se presentó como
el Amo y Señor de la Naturaleza, manifestó que su visita tenía como finalidad
pedir a estrella para que sea su esposa. El jefe agobiado por tan inesperado
petitorio, se puso a dudar. Por eso le dijo que regresara al cabo de un año,
tiempo suficiente para conocerlo, pasado el año recién hablarían del matrimonio
de su hija Estrella con él. El gran Señor aceptó la propuesta, asegurando que
estaría presente al cumplirse el año, después de esto viajó hacia el interior
de donde había venido y no se volvió a saber nada de él.
Mientras los días las semanas y los meses
transcurrieron rápido, algo pasó con nuestra protagonista que cambiaría la vida
cotidiana de la población. Estrella tenía un pretendiente, poblador del lugar,
de pelo sambo, pequeño de estatura, ojos achinados, poco corpulento, con un
poder de convencimiento. Persuadir a la bella Estrella no fue difícil, bastaron
dos días para que la bella muchacha cayera rendida en sus brazos. Al poco
tiempo tuvieron relaciones íntimas. Ya todos habían olvidado al visitante y su
propuesta de casarse con ella ni bien se cumpliera el año. Algunos creían que
era un farsante, un loco que se había titulado
Señor de la Naturaleza y no le dieron mayor importancia.
Estrella había quedado embarazada del joven
poblador y en esas circunstancias, no tenía más que afrontar las consecuencias.
Los padres empezaron los preparativos para una pronta boda, ya que no era muy
aceptada la situación de la joven por los pobladores. Su estado desdecía mucho
del linaje del que provenía.
También habían olvidado llevar en cuenta el
tiempo transcurrido desde la última vez que había estado por allí el Señor de
la Naturaleza. Obviamente también la palabra empeñada de los padres y de la
misma Estrella hecha al Gran Señor.
Pero como no hay fecha que no se cumpla, un día
llegó otra vez el Señor de la Naturaleza, con un séquito de personajes y
seguido de una recua de llamas, todas cargadas de regalos para la familia y los
habitantes del lugar. Su presencia causó asombro primero y conmoción después.
Entonces, era cierto que era un Gran Señor. Era cierto que regresaría. Era
cierto que tenía poder. Era cierto que pretendía casarse con la hermosa
Estrella. Todo era cierto. ¿Qué harían ahora?
El Señor de la Naturaleza se hizo presente con
su séquito en la casa de los padres de Estrella y solicitó hablar con ellos,
ajeno aún a lo que había sucedido con ella. El jefe y padre de Estrella, con la
voz entrecortada no tuvo más remedio que comunicar al Gran Señor, que su hija
había adquirido otro compromiso y estaba embarazada. Tal noticia desconcertó
primero al Señor y luego el séquito empezó a murmurar en voz alta. El gran
Señor reponiéndose de la desazón causada, dijo:
-
Señor
hemos hablado hace un año, pedí en matrimonio a sus hija, lo hice con
sinceridad, el honor de mi estirpe, la hidalguía de lo que somos por muchas
generaciones, nuestras palabras serias, con la seguridad de que ustedes hacían
lo propio. He respetado su palabra que me dio con la condición que regresara a
cabo de un año y la he cumplido. Mentiría si dijera que no he contado los días
para regresar y casarme con Estrella. He puesto en sus manos y en los de
Estrella mi palabra, mi honor, todo lo que soy y todo lo que tengo. ¿Le parece
justo, esto que me han hecho? Siguió a continuación un breve silencio en ambos
lados, luego e Gran Señor prosiguió:
-
Pues
bien, como Amo y Señor de la Naturaleza, yo es prometo que la próxima venida de
agua por esta quebrada será la más grande que hayan visto; pero también será la
última, así que prepárense porque no tendré compasión con quien encuentre en el
camino.
Dejó a todos conmocionados, estupefactos y sin
atinar a responder de alguna forma. El Gran Señor dio la vuelta y se retiró con
sus acompañantes por donde llegó, sin agregar nada más.
Así pasaron los días y las semanas, hasta
habían vuelto a olvidar la última visita del Gran Señor y todo lo que dijo
entonces. Hasta que un día el río anunció su presencia con mucha agua, piedras,
lodo y árboles como nunca discurrió por la quebrada, arrastrando todo a su
paso, nunca se vio tanta calamidad. El río se llevó las cosechas, sus
animales a muchos habitantes que
trataban de salvar alguna pertenencia de sus casas.
El agua era tan abundante que llegó a barrer
con todo, hasta las casas que estaban en las laderas de los cerros, justamente
en una de esas viviendas estaba Estrella que no pudo huir porque estaba
gestando los últimos días de su embarazo. El Gran Señor no quiso que fuera
arrastrada por el aluvión como a otras personas, usando su poder la transformó
en una enorme roca, enclavada en las faldas de un cerro. Allí ha quedado para
siempre y aún hoy día la podemos ver, con parte de lo que fue su vivienda de
entonces.
Las personas más ancianas del lugar cuentan que
nuca más se vio llegar tal cantidad de agua por el río, ahora solo vemos una
ínfima cantidad y luego desaparece, nunca más se vio el verdor de sus campos de
antaño. Tal fue el castigo al incumplimiento de las promesas y acuerdos de
parte del padre y la hija.
Hoy todos conocen y ven a un costado del camino
– a la salida de Coayllo, rumbo a Ukira – a la piedra Estrella, la mujer que no
pudo resistirse ante las palabras de su compoblano, por eso hoy la catalogan
como una mujer de vida libertina y sin responsabilidad, tirando al suelo un
matrimonio bien constituido, la falsedad de la palabra empeñada, el honor y
prestigio de su familia, de sus ancestros.
FIN
Existen muchas versiones acerca del origen de
la Piedra Estrella, ubicada en el Distrito de Coayllo, subiendo hacia la
sierra, en dirección de Ukira, al margen izquierdo del que fuera el río del
mismo nombre. Todas coinciden que la mujer fue castigada por engaño o traición,
recibiendo un castigo divino.
Santa Cruz de Flores 2024, recopilación de los
estudiantes del Segundo año VI CICLO.