MAYO, HOMENAJE AL CERRO PATRÓN
Al llegar a Flores siempre me pregunté por la trascendencia del Apu tutelar del Distrito Santa Cruz de Flores. Encontré en un texto que el nombre de la primera ocupación humana del lugar se llamaba “HUAYIATA” O HUAYTA, cuyo significado traducido al castellano es flor, en su falda de aquella divinidad andina aún se puede apreciar construcciones prehispánicas en el sitio denominado “La Ollería”. También es cierto, que el cerro forma parte del oráculo de Pachacamac, siendo el lugar muy importante para los Incas, que llegaron por el valle comandados por Túpac Inca Yupanqui. Algo de historia “Durante el dominio del Inca Pachacútec, se implantó en el valle de Mala por primera vez, el sistema de riego en la agricultura, con la apertura del primer canal de regadío en Flores, conocido ahora como “acequia vieja”.
El antes señorío Huayta, festeja la fiesta de las cruces como en todo el Perú, en el mes de mayo, es su fiesta patronal en honor a la “Santísima Cruz del Tres de Mayo”. El pueblo tiene una gran mística religiosa, por eso los católicos en su tarea de evangelización colocaron cruces en el camino hacia la cumbre, para que ya no adoren al Apu sino a la Cruz, siendo la Cruz el símbolo de la religión occidental desde el emperador Constantino. Tres semanas antes las diferentes comisiones bajan sus santos maderos y el 5 de mayo inician su peregrinación ascendiendo la empinada cuesta, cada cruz tiene su altar, con mucha devoción las cuatro comisiones deposita su venerado crucifijo: La comisión central de señoras, comisión central de varones, comisión de señoritas y la comisión de jóvenes entusiastas.
Los florinos son dueños de una gran identidad, viven unidos en el trabajo y en el festejo, por ello su relación con la música en la fiesta de la santa cruz, la patrona del pueblo. Mantiene de generación en generación la Danza de las Pallas, que nos recuerda la adoración de los tres reyes magos; La danza de los Chunchos o pasacalle, donde el arpa y el violín vibran hasta alcanzar las fibras más profundas del florino. Su gastronomía es valorada por los turistas nacionales y extranjeros: Carapulcra y Sopa Bruta, preparada con un solo aderezo para ambas comidas, sirviéndose con carne de vaca que ha hervido con el caldo, más unos trozos de yuca; los ricos Tamales, servidos con chicharrones, acompañado de una sarsa bien criolla y el particular Picante Florino, plato típico que refleja en una sola porción la gran culinaria de Chilca (rayas y machas), Mala (los camarones, su ceviche con zumo de uvas verdes, papas y quesos), Bujama (chanques, pescados y verduras); culminando con el aporte de Santa Cruz de Flores, con yucas y aceitunas para su decoración.
Sus historias se cuentan, entre copas de vino y pisco, luego se sirven de su excelente gastronomía, en los caminos empolvados de La Ollería se conversa con sus antepasados. Las tradiciones orales aún viven en el habitante de Flores, ellos son dueños de una gran picardía asociada a todas las descripciones que han hecho del Cerro Patrón, relacionándolo con el diablo y el oro, metal precioso que luce escondido por algún lugar, se dice que está protegido por el Apu en un túnel que viene desde el mar. Si va por Santa Cruz de Flores, brinde con el cerro y festeje la fiesta patronal de un pueblo, baile en la pampa o terreno que antes fue dueño Don Juan José Remuzgo, terreno recuperado por voluntad de sus comuneros en mayo de 1852.
Ladislao, 2025.
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