jueves, 27 de febrero de 2014

MANUEL SCORZA


LA EPOPEYA CAMPESINA

Estamos seguros que -  junto a Juan Gonzalo Rosé y Alejandro Rumualdo - Scorza representa esa inmortal voz que canta a la verdad de un compromiso inquebrantable:
"Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un
muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago
perpetuo"

Universitario, exiliado y militante
Manuel Scorza nació en Lima el 9 de septiembre de 1928. Luego de vivir en Acoria, Huancavelica, por algunos años, regresó para terminar su educación elemental en el Colegio Militar Leoncio Prado. En 1945 ingresa a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a la Facultad de Letras, y es ahí donde inicia su actividad y compromiso político. El joven sanmarquino se identificó rápidamente con la lucha anti-imperialista y anti-oligárquica adhiriéndose inicialmente al Apra, lo que le valió el destierro luego que el presidente José Luis Bustamante decretara ilegal dicho partido.
Durante esos años tomó conciencia de la farsa política que resultó el Apra, cuando el anti- socialista Haya de la Torre dijera en la revista Life:"Creo que la democracia y el capitalismo brindan la solución más segura a los problemas mundiales, a pesar de que el capitalismo todavía tiene sus fallas". En una misiva de respuesta, titulada Good Bye Mister Haya, publicada el 7 de junio de 1954, en el diario Mexicano "El Popular", Scorza deslinda definitivamente: "Esto significa la liquidación ideológica del aprismo, significa que el aprismo seguirá la política de colaboración entreguista con el imperialismo norteamericano - ¿cuál otro nos amenaza más directamente? - que llevó al partido a la derrota de 1948. Las incógnitas han quedado, pues, aclaradas: ha caído el telón sobre el aprismo."
De vuelta a casa
En 1956, la dictadura de Odria ha quedado atrás y Manuel Scorza vuelve al Perú. Ese mismo año su poemario Las Imprecaciones obtiene el Premio Nacional de Poesía. Las Imprecaciones evidencia la cruda realidad del exilio en México, años que lo dejaron marcado de por vida. Esta convicción revolucionaria se expresa en poemas llenos de indignación, tristeza, furia y afirmación de esperanza en la lucha indigena, obrera y popular de América Latina.
Su compromiso de creación y difusión de la cultura popular, lo lleva a iniciar una etapa de grandes esfuerzos para poner al alcance de los sectores populares los "populibros", experiencia que se repite en países como Colombia, Venezuela y Cuba, con el mismo éxito.
La epopeya campesina
Para inicios de los 60' Scorza forma parte del movimiento comunal del Perú, grupo político activo en defensa de los derechos del campesinado indígena, tomando parte en la lucha campesina. Sin lugar a dudas Scorza no sólo narra en sus novelas la lucha campesina sino que también se une a ella, cuando en los andes del sur se constituyen ligas agrarias y en los andes centrales los campesinos se enfrentan  a la campañía minera norteamericana Cerro de Pasco Coopper Corporation. La gran novedad es la asombrosa capacidad que poseen para la organización. Manuel recorre los andes centrales observando y participando; de vuelta en Lima, redacta y publica manifiestos de denuncia.
En esos años compone el Cantar de Túpac Amaru, un poema épico que nunca llegará a ser publicado íntegramente y del que su autor no queda totalmente safisfecho: "No estoy seguro de haber logrado dar la auténtica dimensión de Túpac Amaru".
Llamó Los Cantares a cada una de las novelas que componen La guerra silenciosa, donde narra el origen y desarrollo de la lucha campesina desde la migración masiva andina, que se aceleró durante el régimen de Odría hacía 1950, así como las rebeliones de las comunidades campesinas de la sierra central en su intento por recuperar las tierras usurpadas. La llama "Silenciosa", ya que, se trata de la guerra que libran las comunidades herederas de las culturas indígenas, sin que sus voces hayan sido escuchadas ni sus acciones escritas por la historia oficial del Perú. Empiezan los cantares con Redoble por Rancas en 1970, continuándole Historia de Garabombo el Invisible en 1972, El jinete insomne en 1977 y La tumba del relámpago, serie de novelas traducidas en más de 40 idiomas, lo que hace de Scorza uno de los escritores más traducidos a nivel mundial.
Manuel Scorza junto a Héctor Chacón, personaje de Redoble por Rancas"

La presencia de Manuel
En 1968 Scorza fue nuevamente obligado a dejar nuestro país, producto del papel activo que mantuvo en las luchas campesinas. Llegó a París donde publica la colección de poemas El vals de los Reptiles (México) y la novela Redoble por Rancas (Barcelona), ambas en 1970. A fines de los 70, luego de que la ola de paros nacionales obliguen al dictador Morales Bermúdez a convocar a elecciones para la Asamblea Constituyente, Scorza forma parte del Frente Obrero Campesino Estudiantil Popular (FOCEP) liderado por Genaro Ledesma, personaje central de su quinta novela: La tumba del relámpago.
Manuel Scorza vivió, al decir de César Calvo, escribiendo y combatiendo; murió fisicamente en un fatídico accidente aéreo el 28 de noviembre de 1983, a los 55 años. Desde esta tribuna le rendimos homenaje porque su presencia sigue en las nuevas generaciones que luchan por una patria digna y soberana, sigue en las luchas indígenas, obreras y populares de la actualidad. La huella de Manuel no se borrará nunca.

                                                    Por: Dante Castro

Incasito

                                                      

(MITO SONCONCHINO.)


Incasito hijo del sol y de la luna, vivía alegre en el lugar de Machoorcco. En el inicio de los tiempos las aguas del Océano Pacifico llegaban hasta el lugar Carmen Alto. Al niño Incasito , más travieso que los zorros, le gustaban jugar con los animales marinos, los llamaba a la orilla, los tomaba de la nariz y subían a la parte plana del cerro. Allí se divertían por las  mañanas, un día con la foca, la tortuga, otro día con los pececitos y así hasta coger al delfín antiguo mixto (mitad reptil, mitad pez). Por las tardes le gustaba pasearse en el lomo de un cóndor, también jugar en pleno vuelo con el terodáctilo divisando la inmensidad del mar, maravillado con la obra de sus padres. El niño se hizo hombre, y su corazón palpito enamorado. Divisaba sus cachetes rojos retratados en el mar y suspiraba por una mujer llamada Ocaña.
 La  madre la luna estuvo de acuerdo con la relación, la diosa del occidente correspondía al muchacho; él que llego a molestarse por la perturbación de la mente de su pequeño fue el sol. Sin dar explicación como aplicando un castigo directo al joven, quien amaba la naturaleza sobre todo a sus hijos anfibios. Empezó a calentar con tal intensidad, dando lugar al retiro de las aguas hasta la costa actual. Incasito sudoroso y con la ayuda  del  kuntur. Tomaba a sus hijos anfibios y los transportaba hasta el lugar Quesera, lugar donde hoy se encuentran petrificados.





martes, 11 de febrero de 2014

Segunda edición de la Novela "Una Rosa junto a mi pie"



Es la juventud de Lenin, él queda rengo al no ser vacunado contra la polio, sus amigos lo llamaban el inmortal "porque nunca iba a estirar la pata". Al comenzar la historia Lenin es despreciado por Blanquita, muchacha que lo hiere diciéndole: "con pisahuecos no voy a ningún lado", se refugia en un jardín gracias a las lecturas obtenidas en la biblioteca de su colegio, donde era atendido por un manco "era su equilibrio ideal", llegó a tener excelentes calificaciones en Botánica, Biología y Ecología.
Al terminar la secundaria postula a la UNICA, ingresando a Literatura, su condición económica lo pone en dificultades. Es en la Universidad donde reflexiona sobre la sociedad Iqueña, la vida del estudiante en Educación Superior, sus docentes, desilusiones. Decepcionado de las clases, se dirige a la biblioteca, ya que, en el Colegio había sido el mejor lugar donde aprender.

Conoce a Rosita, Estrella de agua, Piel de uva, Claro de Laguna,Corazón de cristal. Ella perdió las dos piernas en un accidente automovilístico, mujer con gran capacidad de organización, funda la Asociación de personas con habilidades diferentes. Lenin la conoce y lo invita a sumarse a un gran proyecto laboral, muchos de ellos llegan a trabajar vendiendo gaseosas, periódicos, en los Kioskos ubicados en las esquinas más concurridas de la ciudad. Sus ingresos económicos hacen que sus propias familias no los siguieran considerando inválidos. El encuentro de ambos protagonistas (Lenin y Rosita) los lleva al parnaso, ella poco a poco le fue abriendo su corazón y él dejó de ir a la Universidad y la biblioteca. Rosita soñaba con ver la ciudad desde la cumbre del Saraja.

Lenin retorna a sus estudios al recordar que su amigo Don Justo, habia hecho un sacrificio al pagarle el examen de admisión. Llega al examen de Creación Literaria. La evaluación consistia en escribir tres cuentos. Aquí César Panduro muestra su original Técnica, la forma como presenta las tres historias es innovadora. Una a una las presenta. La primera ¡ eso no es poesía!. Donde nos recuerda la picardia del narrador Latinoamericano, a lo Gabo presenta al poeta Peter (Aliaga) y su poema "cuarentaicinco centimetros". La segunda "El escritor Pisqueño es Iqueño", en el cuento nos hace recordar las clases de muchos de nuestros "Catedráticos" en la UNICA, el docente de la clase se había ensañado con el más grande escritor Iqueño, encontrando la firme y bien argumentada respuesta del alumno Muñoz. La China es el tercer relato. Empieza con una sentencia "Aquí la historia de las mujeres se repite", al salir embarazada Maraví "se le olvido que las chicas de casa no deben ir a los hoteles a escondidas y porque al Peque no le enseñaron en la escuela que tirar sin preservativo embaraza". Culminando al igual que Vallejo "Cuánto dinero cuesta ser pobre", César Panduro dice:"Cara es la vida que nos toca vivir", refiriéndose al futuro de la pareja.
Ica, vista desde el Saraja.

Lenin con la ayuda de Don Justo y el bibliotecario de la Universidad "El hombre de los lentes negros", logra que Rosita cumpla su sueño, divisar la ciudad desde el Saraja "La ciudad era más ancha y menos verde". La descripción que va haciendo de los lugares o calles, dan la impresión que fueran hechas con pincel. Una de las descripciones,la de la Iglesia de San Juan de Dios y sus bancas de cemento vacías y frías, es hermosa, lo mismo ocurre con todos los demás lugares, donde los detalles de cada sitio están hechos con poesía. Me detendré a transcribir esto:"La locura de regar más de lo que Natura permite, hizo que algunos hacendados, "dueños" de extensas áreas de tierra contiguas a los ojos de aguas, le metieron a sus cuerpos motobombas, succionando el encanto". Así secaron la Huega, Saraja, La Victoria.... Sí las secó la codicia y la falta de amor por el futuro.

Ahora nuestro Presidente OLLANTA  dice: "El subsuelo es de todos los peruanos", refiriéndose a las lagunas de Conga.Yo me pregunto ¿ En Ica quiénes hacen uso del subsuelo?... - del agua- ..unos pocos verdad.
La novela de César Panduro Astorga, es un homenaje a Ica, también al Guayabo (San Joaquin)y a Pessoa. Poeta Portugués, de gran influencia en los trabajos artísticos del Vate Iqueño.

lunes, 10 de febrero de 2014

La Villa de Vicencio


VILLAVICENCIO



La villa de Vicencio se ubica en un cerro muy cerca al anexo Chavincha, a escasos minutos del pueblo de Otoca, en línea recta, se camina diez minutos y descendiendo hasta llegar al río diez más.
El señor Vicencio dentro del cerro PUKAORCCO, habitaba solo, los comuneros decían:
-          ¡Se ha casado con la gringa¡
Los utensilios y todo lo que adornaba su vivienda eran de oro y plata, ni que decir de sus bridas, su cabello brillaba a la distancia cuando el descendía al pueblo.
En Otoca hasta hoy se explota oro. En aquel tiempo en que Don Vicencio era amo y señor, los comuneros tenían que pedirle permiso por si algo tenían que realizar, ningún acto empezaba sin su presencia, mandaba a todos, hasta al cura.
El cura Edmundo en la Semana Santa, se olvido de pedirle permiso y señalar la hora de la misa, el dueño de los cerros llegó cuando la misa había empezado, entró con su caballo a la iglesia, los feligreses se apegaron a la pared, el caballo relinchaba, todos empezaron a gritar. El cura levantó la Biblia implorando al cielo, sus ojos y cuerpo temblaban al pedir misericordia.
El viejo, como lo conocían todos al señor del caballo alazán, disparó hacia el cura, pero la bala no le impactó, llegando a dañar el brazo de la Patrona del pueblo Santa Rosa, de la santa brotó sangre púrpura. El caballo giró, dio la media vuelta, el camino a Chavincha era una polvareda, sus pasos tronaban como relámpago de lluvia. En la iglesia, la gente se inició una oración, algunos se acercaban al altar a tocar el brazo dañado.
- ¡es un milagro¡ decían.
Al llegar a su lujosa Villa, que él y nadie mas conocía, comenzó a recorrerla a todo galope, el cerro sonaba, se oían algunos disparos en su interior. 
Días después la gente se preguntaba:
- ¿Qué pasó con el patrón?

Al cabo de dos meses, lo vieron con un caminar cansado, sin caballo, con el saco hecho hilachas, lleno de piojos, liendres, camino a Capilla(1) lugar donde llegó a expirar.

  1. Capilla es un anexo del Distrito Santa Rosa de Otoca, los lugareños afirman que se llamó así, porque fue la tumba del Señor Villavicencio.


jueves, 30 de enero de 2014

INTICHA Y PISACCA

Foto: Ambar Gavilán Meza


Cerca del pueblo SANQUIMAYO, cuyos vocablos quechuas relacionan al fruto silvestre llamado SANQUI Y MAYO al  río, infaltables a más de 3500 m.s.n.m. Habitaba en una choza elaborada con piedras, tallos de Sanqui e ichu INTI, tenía aproximadamente veinte años,de color cobrizo, parco, con un profundo amor a la naturaleza,su compañía era un animal bastante pequeño, cuyo color a la tierra o piedras le permite camuflarse entre los cerros, semejante a un polluelo; las diferencias estaban en su cabecita, pico y patas alargadas, que le daban un aire femenino.
 La choza se ubicaba en las faldas del cerro, al costado de un corral de vacas y carneros, al fondo el río Sonconche, peligroso en los meses de diciembre a abril. Empezaba el día, Inti iba con los animales hacia la pampa, que se divisa cuando terminan los cerros. Pocos minutos antes había compartido el desayuno con PISACCA, no volvería hasta la tarde, encargándole las labores del hogar, fundamentalmente la comida y así almorzar y cenar juntos antes de presenciar e espectáculo más maravilloso de la tierra, “EL CREPÚSCULO”. Pisacca vestía con una mantita roja sobre su espalda, bajaba al río todos los días y en su piquito cargaba agua en un baldecito acondicionado especialmente para su fortaleza, limpiaba lo que había en casa. La madre de Inti, doña Urpiana, visitaba la choza los fines de mes, indagaba sobre la crianza, traía sal, chancaca, choclo, maíz tostado desde el pueblo de Sonconche para después volverse con el charqui o algún abierto.
     En una de sus visitas descubre a Pisacca, la indefensa ave que se ve despojada de su manto rojo, después muerta para preparar un riquísimo caldo al estilo de su pueblo (con el infaltable maíz pelado). Al volver de pastar sus animales Inti, muy preocupado preguntó a su mamá dónde estaba Pisacca. Doña Urpiana que se mostraba alegre por haber preparado el potaje responde:
 - He hecho caldo ¡pela! como a ti te gosta hijo...
Foto: Ambar Gavilán
     El joven, no pudo contener su tristeza, lejos de recriminar a su madre, salió de la choza miró al río y se puso a llorar, no quiso comer el delicioso plato que se encontraba al costado de la casa, sobre una piedra, sólo pensó en coger el hueso más largo de su amigo, el pequeño animal, para luego elaborar una quena.
     Al primer toque resultó una melodía muy hermosa con tono a Yaraví; abandonó la estancia, se echó a andar cuesta abajo. Camino a Uchumiscca. En el camino dos zorras alertadas por el sonido de la quena conversaban: “Qué bonito toca su música ese joven”, respondiendo la otra: “sí, vamos a decirle que nos preste” .Las astutas zorrras se convirtieron en dos hermosas mujeres y fueron al encuentro de Inti, quien no dejaba de tocar por todo el camino, pensando llegar al pueblo del Ingenio. Al acercársele lo saludaron muy atentamente, alabándole y diciéndole que la melodía que él tocaba nunca se había oído por todo el verde valle de Sonconche, pidiéndole una de ellas la achinada:
_ Préstame tu quena.
Inmediatamente, Inti dio respuesta
_ No señoritas, pensó un pequeño segundo - no puedo prestar mi quena a quien no conozco - No había terminado de hablar cuando le dijeron:
-  Somos profesoras de Palco, hemos venido a recoger flores de Ccantu.
Accedió el joven a entregarles por un momento e hueso de Pisacca con manos no firmes, temblorosas como dudando; las zorras ni bien tuvieron el instrumento  en las manos se echaron a correr a una cueva al oeste del camino, a unos doscientos metros. Inti muy desesperado persiguió a las hábiles mentirosas, quienes ya habían vuelto a convertirse en ágiles zorras.
Al identificar el escondite mediante el rastro, el joven, muy cansado tiende su poncho  se sienta reposando su cabeza sobre una piedra, retoma su ejercicio mental, Después de dos horas de descanso pensó que se encontraba solo, no quería abandonar el lugar pues eso significaría perder su quena. Ya en la oscuridad baja al río a beber las diáfanas aguas que reflejaban su silueta, al fondo divisaba la luna, cuando en ese momento, como cómplice de la noche, una chiririnca, aquél animal negro y verde parecido a un moscón que hace su aparición ni bien llega la muerte, haciendo un poco de ruido se presenta. Le plantea que se haga el muerto en la puerta de la cueva, que ella aparecería a rondar su cuerpo.
_ Así las zorras  pensarán que estás muerto. 
Intincha, que así lo llamaban en Sonconche, le agradeció la genial idea.
– Gracias hermanita. Tal vez sea mejor quedarme ahicito  eternamente.
No bien amanecía en el lugar pactado, se encontraba el joven inerte, con el sol que aparecía en el abra de aquillane, vino la chiririnca a rondar el cuerpo de Intincha.
Una de las zorras, al escuchar el ruido de animal negro que volaba sobre la cabeza del músico, comunicó a la otra la fatal noticia. Se acercaron al supuesto cadáver:
_ Pobrecito, murió de pena.
Tocándole su boca también decían:
_ Cómo tocaba su quena por esta boquita.
Una de ellas llegó a tocarlo con sus labios, reaccionando Inti a la velocidad del rayo, cogiendo la quena hecha del hueso de Pisacca, brotando la alegría como el agua en el puquial. Las zorras, asustadas volvieron a su escondite. El plan elaborado por la chiririnca fue exitoso,el insecto que muchas veces observa la lucha entre la vida y la muerte, experiencia obtenida para vencer a las zorras, estaba feliz.
 Momentos después la mosca fatal le pregunta a Inti_ ¿A dónde te diriges? _ Inti le contestó: _ Voy hacia la costa con la pena de dejar los cerros, los ríos y las aves.Siento que por un tiempo no podré compartir la vida con mis animales, también comprendo amiga, algún día nos encontraremos y tu plan será real, ya no una simple treta_ La chiririnca haciendo un poco de filosofía: _ Es verdad, hoy estoy en Sonconche, voy viajando al pueblo de Ocaña, pués ahí donde se acaba la vida compartiré la muerte.


Relatos Sonconchinos,( La Pacccha 1997)


PASCUALA ( de relatos Sonconchinos)



La señorita se detuvo a contemplar el remolino en el pequeño pozo de agua que formaba el río Sonconche, muy adentro tuvo que caminar hasta llegar a Jollatanchi, allí el arco iris descansaba cada vez que dejaba de llover.

- Qué hermoso lugar! decía.

A aquel lugar llegaba con sus carneros a las doce del día, tomaban agua y ella imaginaba saltando las piedras correr de la mano con aquel muchacho, que le había despertado el sublime sentimiento, llamado Amor.

¿Será amor lo que siento?
Tendía su manta, se extendía mirando la inmensidad del cielo, mientras los chihuacos jugaban entre los árboles, armonizando con su canto el sonido del río, que discurría suavemente.

Cada día recordaba con más frecuencia a Natalio, joven al cual llegó a amar; pero él hacía mucho tiempo que viajó a trabajar a la hacienda Condogña cerca al valle de El Ingenio, con el paso del tiempo perdió la esperanza – ya tendrá otra decía- lloraba por las noches en su casa, cuando su madre iba a regar los maizales, por las noches, le encargaba que cuide a los huachos. Aprovechando la soledad,salía a contemplar el límpido cielo,se sentaba en la piedra que utilizaban para moler,lugar en el cual pensaba de todo. El sueño le llegó, estaba casi dormida, cuando escucho el brinco de sus ovejas, corrió y observó que se dirigían al río. Ella siguió detrás de sus animalitos. Cuando estaba para llegar al río escuchó el sonido de la quena, tambores, …. ...a lo lejos  divisó un pueblo en fiesta. Pensó:
- ¿Tanto he caminado?
- ¿Ya pasé por el lugar Jollotanchi?

Al ingresar a sus calles su respiración era otra, tenía desconfianza al avanzar, llegó a la iglesia, vió que la gente bailaba en ronda por el contorno de la plaza. Se detuvo a contemplar el lugar, cuando en ese instante divisa a Natalio acercarse a ella desde una esquina. Sonrió, tocó sus manos, sintió un calor interno por todo su cuerpo. Empezó a temblar, mirando el cielo quiso comprobar su duda entre la realidad y la ficción,( al contemplar la luna, el sentimiento de todas las noches afloró). Su color de rosa fue tornándose rojo acompañado de la felicidad. Muy alegre corrió en su encuentro. Se abrazaron fuertemente, ella se sintió en el aire.

Aquella noche, era la mujer más feliz de la tierra. Natalio levantó su poncho, del bolsillo izquierdo sacó un anillo, tomó su mano derecha, hablándole en quechua le dijo en el oído dulcemente.
- Sumaq munay warmi. Kuyay.
Respondiendo ella con la sonrisa, que muchas veces llevaba al joven a agarrarle los cachetes rojos.
- ¿Karuchu llaqtayki?. Él le respondió
- “Pakarina jinchay”

Se tomaron de la mano, uniéndose a la ronda que corría chocándose entre ellas, Natalio jalaba y hacía retroceder al grupo, a la derecha, a la izquierda, risas por todos lados, aquel pueblo parecía que gozaba la fiesta del maíz en el mes de mayo, por todos lados se escuchaba.
¡Muyuy kamusun!
¡Tusuy kamusum!.
Pascuala abrazándose al cuello de Natalio le dijo:
- Tengo que irme, ya es tarde. Además tengo que buscar mis ovejas.

Natalio, descolgó su chalina blanca y la puso sobre el cuello de Pascuala envolviéndola  con ternura.
- Está haciendo frío, abrígate bien, llévatela, cuando vaya a Sonconche me la das. Con un beso apasionado en medio  de la ronda se despidieron. Tomados de la mano avanzaron por el camino que subía cerca al campanario. Poco a poco sin darse cuenta la mano de Natalio se había soltado y Pascuala apareció sola en el río.

Los enormes eucaliptos que crecían en la ladera del río cubrían la débil luz de la luna, penetrando pequeños hilos sobre las piedras. El agua del pozo brillaba, reflejando algunas burbujas que corrían encima del caudal diáfano. Ella se encontraba en la banda, cerca al camino que conduce al pueblo de Añamarca. Miró su mano, no tenía el anillo que le había regalado su novio. Desesperada entra al agua y comienza a buscar, mojándose totalmente, sus piernas temblaban , sus ojos dejaron caer algunas lágrimas. No lo encontró, se fue asustada, llevando sus ovejas que se encontraban descansando en la orilla.

Al día siguiente, desde chacra-chacra, viene al pueblo, busca a su tía Victoria. Le cuenta todo lo sucedido. Doña Vito le dice:
- Ay hijita ese pozo es encantado.
- Musquy Pukiu.

Después de todo lo que le comentó la tía. Ella volvió a Jollotanchi llevaba muy metido dentro de su alma el amor por aquél hombre.

El pensamiento le debilitaba, solo tenía memoria para el amor, un disturbio se apoderó de su conciencia. Poco a poco se fue volviendo loca. Su madre la vio caminar desnuda por el valle, preocupada comunica a sus familiares. La vestían, pero ella dejaba la ropa en los montes de alisos y retamas de Paqueta. Andaba desnuda, llorando y llamando siempre el nombre: Natalio, caminaba por todos los lugares de la campiña. Al pasar por Manzanayocc le aventaban agua caliente, le decían:
- ¡Fuera loca!
- ¡Vete Loca!

Hasta que un día del mes de diciembre, en la semana Pascual se quedó dormida en una cueva, la lluvia era intensa,toda una semana no paró,la quebrada se cubrió de neblina, los cerros se pintaron de blanco, no se podía ver mas allá de un metro, los danzantes de navidad sonaban con alegría sus sonajas, nadie se acordó de su existencia.. En aquella cueva de Paqueta la roca llegó a ceder, aplastando la débil humanidad de Pascuala, la mujer que murió de amor, símbolo de la pasión, ternura y belleza de las mujeres de éste pueblo.
Foto: Ambar Gavilán

                                                                                      Relatos Sonconchinos

                                                                              Prof. Ladislao Ramírez

miércoles, 29 de enero de 2014

Entre Ica y Pisco


En esta oportunidad debo empezar mi viaje imaginario a Pisco, con un párrafo de la historia de la emblemática Institución Educativa “San Luis Gonzaga” (1)
“Durante la ocupación Chilena, el local sirvió de cuartel al ejército invasor. Los muros Sanluisanos han visto las caras demacradas de los iqueños que, por defender el honor nacional, fueron sentenciados a muerte, de cuya portada partía la carreta fúnebre que a toque de tambor fatídico, anunciaba la conducción del reo que iba a ser ajusticiado en las tapias del costado derecho del puente Amantible. Allí fue derramada la sangre de los patriotas iqueños”. Es lógico suponer el trayecto que seguía la carreta fúnebre, iba por la antigua calle Pescadería (hoy conocida como Tacna), llegando al Hospital e Iglesia San Juan de Dios doblaba a la izquierda, para dirigirse por la Calle donde abriera los ojos al mundo Pedro Abraham Valdelomar Pinto (Jirón Arequipa). Ayer me detuve en el lugar recordando la “Oración a la Bandera”. Hablo de aquél Iqueño que escribió en Italia el cuento “El Caballero Carmelo”, Según J.C Mariátegui, “La emoción de su infancia está hecha de hogar, de playa y de campo”. Pasando por el Coliseo Municipal llegamos a la calle Chota, ahí se encuentra el puente Amantible.
Enrique D. Tovar y R, Biógrafo de Fray José Ramón Rojas de Jesús María, en su libro: “El Padre Guatemala” nos cuenta las actividades del  “Apóstol de Ica” en los pueblos vecinos (Cap. XIV). Para irse al norte salió por la calle de San Juan de Dios y se fue hacia la Hacienda Saraja, manifestó su deseo de ver la hacienda con un nombre cristiano, proponiendo el nombre de San Isidro en lugar de Saraja. (Etimológicamente la palabra Saraja deriva de dos voces Quechuas: Sara = Maíz y Acca = Chicha. Hasta hoy el lugar y el cerro conservan su nombre, también su color, el de la chicha de maíz o jora). El pueblo hacía donde estamos viajando deriva del vocablo Quechua: PISQO = Es el nombre genérico para designar a las aves, en la península transcienden y perduran las aves por el mar, esta característica es muy notoria en el Idioma ancestral. Al quechua que se hablaba en toda la costa lo llamaban Yunga. “Mejor aceptación tuvo el bautismo de otros barrios- léase pueblecitos- que el santo Padre hizo aquel día en su procesión más al interior de la pampa”. Encontró, pues, el barrio de Saraja Chiquitín y pronunció con autoridad: “Saraja Chiquitín, desde hoy te llamarás San Joaquín”. Es el San Joaquín que todos conocemos ahora. Debo indicar que era por este lugar la salida hacía Pisco, la avenida conocida hoy como Arenales, en honor al ingreso del Coronel que, llegó a Ica procedente de Pisco, enviado por San Martín para perseguir a los españoles. El hermoso nombre que lleva el pueblo de Guadalupe (2) también fue puesto por el Padre Fray Ramón. En homenaje a la veneración del Pueblo Mexicano. Estamos camino a Pisco ya pasamos por Guadalupe, empezamos a divisar la inmensa pampa de Villacurí, el cielo es algo gris por las paracas, ya iniciamos agosto y el viento sopla con rabia. Se pueden imaginar ¿cómo era la travesía en tiempos de de Fray Ramón? Les cuento, sólo se podía ir a Pisco en cabalgadura, a lomo de bestia. Hoy a pesar del frio y la neblina en el desierto, el sol quema mucho más que aquellas épocas, los rayos ultravioletas….mejor no sigo, pobres campesinos de las Agroexportadoras. Llegamos a Pozo Santo, de niño nos relataron algo, muchos lo llamaron “El pocito del Prodigio”, hemos bebido el agua bendita, la hemos traído muchas veces a casa sin saber que existe una Leyenda relacionada con el Padre Guatemala. También una  Tradición de don Ricardo Palma que lleva por nombre ”Las brujas de Ica”. Palma escribió muchas cosas sobre Ika “La Achirana del Inca”, algo más por lo cual tenemos el título de Tierra santa, señalando que aquí “El diablo perdió el poncho”.
Desde 1871 una línea férrea, de 77 kilómetros de longitud unía la Ciudad de Pisco con la hoy Capital de la Región Ica. Rápidamente nos damos cuenta la cercanía de su inauguración con la Guerra con Chile (1879), se dice que los Chilenos la destrozaron, volviendo a funcionar pero por poco tiempo. He podido ver sus restos como arqueología ferroviaria en algunas casonas, también en una toma de agua o compuerta. La estación se ubicaba en la Calle Lambayeque (Ministerio de Agricultura). El sonido cansado del tren ya nos anuncia que hemos entrado a Pisco, esperamos darnos un tiempo para conocer los descubrimientos de Don Julio C. Tello.
Termino mi columna, con un par de datos para mis colegas Maestros amantes de la historia y tradiciones de Ica. El historiador Antonio Zapata recuerda que su elección profesional se debe a que tuvo buenos profesores en esta materia, que “llevaban a los alumnos a los lugares donde sucedieron los acontecimientos históricos, haciéndoles sentir que lo dicho en los libros no era asunto del pasado, sino que tenía que ver con su presente y futuro”. Por otro lado Jesús Cosamalón  afirma” todos los procesos históricos han conllevado violencia. Se habla de esta no para generar más sino para aprender a construir una sociedad justa y encontrar caminos para que no se repita; además de sanar las heridas. Gracias por su inteligente lectura, nos vemos en la próxima hablando de la misma pampa de Villacurí , esta vez acerca del Bandolerismo en la Región.


Juan Ladislao Ramírez Chacaltana
(1) QUIJANDRIA ALVAREZ, Cornelio, Origen y fundación del Colegio e Iglesia de San Luis Gonzaga de los Jesuítas de Ica. TIP "CULTURA", ICA, 1961.
(2) Distrito Juan José Salas, su capital Guadalupe.

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