miércoles, 30 de julio de 2025

Análisis del libro "Rebelión en los Andes" , Escribe Dante Castro

 LÍNEAS AL PASO SOBRE EL LIBRO DE POLAY

Portada del libro 2025

Un libro censurado será siempre un libro leído. Aquel quien se sienta censurado, deberá agradecer al tiranuelo cultural que lo hizo más famoso. Esta vez censuraron la presentación del libro de Víctor Polay Campos, "Revolución en los Andes", el cual leí en su primera edición publicada en Colombia, en junio del 2020, por la editorial SAS. Digamos que solo conozco su primera edición de hace un lustro. Digamos que conozco bien el libro y que soportó 2 releídas más de un lector exigente. Es una interesante entrevista que puede servir a historiadores y politólogos para analizar el proceso insurgente en los años 1980-92. Pero no soy un lector incondicional, suelo sostener mis críticas porque aquí en Sudamérica nos hemos ganado (y bien) nuestro derecho a opinar incluso bajo dictaduras. Así que no creo en el culto a las vacas sagradas que practican ciertos socialismos, porque la revolución no es cambiar una religión por otra. Siendo iconoclasta, debo reconocer que de todas las presentaciones previas al inicio del texto, sobresale la de Pepe Mujica, expresidente de Uruguay y exguerrillero. Nadie más que el Pepe, con toda su honestidad, lo pudo decir mejor. Dos capítulos intensos son los referidos a la fuga del penal de máxima seguridad Castro Castro (de la cual fue protagonista) y el secuestro de la embajada de Japón (en la cual no participó). Y esto nos mueve a pensar en la sobrepenalización contra Victor Polay, porque la mayoría de cargos que se le imputan son por responsabilidad política o responsabilidad mediata, ya que casi toda la guerra se la pasó en prisión.
EL PASADO APRISTA
La biografía de Víctor Polay Campos (VPC) empieza en un hogar aprista y no será el único izquierdista que se desprendió de su cuna natal. Muy pocos de nuestra generación nacieron en un hogar comunista y otros que sí lo tuvieron derivaron en inicuos traidores. Por ejemplo: Vladimiro Montesinos. De modo que la cuna no determina. El revolucionario no nace, se hace. El proceso formativo que lo deriva al marxismo-leninismo es similar al de Luis de la Puente Uceda, Manuel Scorza, Alfonso Barrantes, etc. En el caso de VPC su padre fue uno de los fundadores del APRA y como aprista de tiempos duros, encarcelado, torturado, deportado. De modo que cuando la madre de VPC visitaba a su hijo en prisión, ya sabía cómo es la cruel rutina de los presos políticos. Ese amargo sabor de las mazmorras que jamás se olvida, estaba en la conciencia de una generación que padeció persecución de dictadores militares inclementes. Ya hemos dicho que el pasado aprista no condena ni tampoco el hogar comunista absuelve a nadie. La transformación de VPC queda bastante explícita en la entrevista y el más ácido lector se puede explicar porqué Alan García en su segunda presidencia no quiso indultarlo, a pesar de haber sido formados al mismo tiempo por Haya de la Torre. El deslinde con el APRA es un camino sin regreso y así lo cuenta Polay.
El único fundador y dirigente del MRTA con origen aprista fue VPC. La entrevista debe servir para enmendar errores acerca de la historia de las organizaciones alzadas en armas en los 80. Por ejemplo, para Sendero Luminoso, el MRTA era una organización montada por el APRA y los senderistas los motejaban como "revisionistas armados" o mercenarios financiados por el primer gobierno aprista (1985-1990). Estas páginas ilustran un amplio público acerca de los orígenes verdaderos del MRTA, su consonancia con otros grupos guerrilleros en América Latina y su ideología. Cuadros del MRTA ya tenían experiencia guerrillera en Nicaragua, Argentina y en Colombia. El MRTA a diferencia de SL pertenecía a una tradición histórica de lucha que evolucionó desde la revolución cubana hasta nuestros días. Quien trate de escribir otra narrativa, solo regurgitará epítetos, pero no acertará en el análisis. Es oportuno saber que así como (todos) los maoístas peruanos tenían en agenda el inicio de la lucha armada, igualmente los guevaristas trazaron ese desenlace estratégico con la misma anticipación. De modo que tenían que coincidir en la época, mas no que competir. Y esto último se dio. Una buena pregunta para sus detractores sería: ¿Cómo si Alan García promovía al MRTA, el MRTA secuestró al asesor del presidente y su compadre espiritual Héctor Delgado Parker, el magnate de la TV? Vamos, la respuesta está en este libro.
¿TERRORISTAS O REBELDES ARMADOS?
La aclaración también es necesaria, a través de la entrevista, sobre el carácter político del MRTA. Se ha dicho y se le ha juzgado como una "organización terrorista", pero a través de estas páginas verificamos lo que sus contemporáneos sabíamos. Una organización alzada en armas que cumple con todos los requisitos de exige el Convenio de Ginebra para ser calificada de "parte beligerante" no es un grupo terrorista. Pero la jerga o replana de las fuerzas contra insurgentes entrenadas y asesoradas por EEUU e Israel, ya insistían desde los años 70 en motejar como "terrorista" a cualquier guerrillero. El fin está claro: despojar al rebelde de su aurea de redentor y a su vez liquidar sus derechos, sean estos derechos humanos, penales o penitenciarios. Pero una organización que se diferencia de la población civil por el uso de uniforme, del emblema, de liderazgo conocido y que se sujeta al mencionado Convenio de Ginebra, en materias como el respeto a la vida de prisioneros, heridos y rendidos, no es una banda terrorista. Para los puros de corazón, se informa que toda revolución es un conjunto de delitos y quien no quiera cometer jamás un delito en su vida, pues que no se meta a hacer revoluciones. Entonces, ¿qué delito cometió el MRTA y Polay? Según el Código Penal, es delito de rebelión, no de terrorismo.
SOBRE EL TRABAJO DE MASAS.-
Nos interesa el deslinde que hace Polay con algunos conspicuos miembros del trabajo público abierto del MRTA y que con su estupidez perjudicaron a esa organización a nivel político. Tanto VPC como Alberto Gálvez Olaechea (disidente del MRTA que escribe sus propios libros) coinciden en señalar que el MRTA pensó siempre en una alianza natural con Izquierda Unida, por razones de coincidencia ideológica y programática. Pero la dirigencia de la UDP (organismo de fachada) pensó por su cuenta en oponerse a IU en los gremios y hasta en las universidades. Gálvez en entrevistas lo cuenta con más humor, pero VPC deja bien en claro que uno de los factores de aislamiento del movimiento se debió a este disloque con el aparato de masas y en medio de tal a la falta de homogeneidad ideológica de sus cuadros, procedentes de diversas experiencias políticas anteriores. Un sectario metido a guerrillero, seguirá siendo el sectario de antes si es que no ha pasado por una experiencia de rectificación. La razón es simple: los movimientos alzados en armas han fracasado por falta de una política marxista de frente único y el caso más patético es el de SL que comenzó y terminó su lucha armada sin un solo aliado. Entonces Polay reconoce el error: la dirección estaba a favor de la alianza con IU mientras que sus radicales trotskizantes dentro de la UDP estaban en contra de IU. Hay que agradecer a VPC por esta aclaración. De todos modos, la división del MRTA que facilitó su derrota, partió no solo de quienes se creyeron dueños de su parcela (libertad de fracción) como también de admiradores/as de Isaac Deutscher. Si sus contemporáneos ya lo sabíamos, gracias a este libro se confirma. No obstante, según enumera el autor, hubo notables resultados en el trabajo de masas, como ganar la Federación Minera, la Federación Agraria Selva Maestra, la CITE, Construcción Civil del Callao, etc. Esa es la diferencia con un grupo terrorista: el carácter político de la organización. Lo que nos lleva a reafirmar lo siguiente: un movimiento armado sin trabajo político de masas es solo una gavilla de bandidos, de modo que el cuadro armado debería respetar (y mucho) al cuadro de masas. Los hay quienes se desactivaron con armas y terminaron en la delincuencia común, así que el arma no hace al héroe. Dígame usted lector si estas declaraciones y autocríticas del autor no son necesarias para escribir mejor la historia.
LOS ERRORES EN LA FORMA
Sobre la historia que cuenta Polay a su entrevistador, hay observaciones que no se le hubiesen pasado a un buen corrector. Lógicamente a quien se encomiende corregir un texto en prosa debería ser experto en obras en prosa, sean de narrativa o de ensayo. Pero jamás alguien que su especialidad única es la poesía. Los poetas se permiten licencias que son incompatibles con el ensayo. Y luego, quien debía corregir este libro tenía que poseer conocimientos suficientes acerca de la historia de la izquierda en el Perú. Eso no ocurrió. Lamento que en tan buen libro se confundan siglas de diferentes partidos políticos y eso puede desorientar al lector de nueva generación que no fue testigo de la micro fragmentación de la izquierda peruana durante los 70-80. La historia tiene la obligación de ser rigurosa y esta entrevista a Víctor Polay tiene indudable importancia histórica. Así que espero que en esta nueva edición se hayan corregido tales pifias.
En la edición colombiana, se nombra continuamente al MIR-Voz Rebelde como VR. Sabemos por experiencia histórica y hasta por bibliografía existente que VR era la sigla o abreviatura de Vanguardia Revolucionaria, partido fundado por Ricardo Letts, Javier Diez Canseco, Edmundo Murrugarra, etc. Ese partido (VR) prometió la lucha armada pero nunca la hizo. Tanto el escritor como el corrector debe contar con algo seguro: la ignorancia del amplio público ajeno al tema. El Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) fundado y dirigido por Luis de la Puente Uceda, fue protagonista principal de las guerrillas de 1965. Luego de su derrota y de la aniquilación física de los guerrilleros, los sobrevivientes intentaron recuperar la organización política para el reinicio de la lucha armada, pero las reformas del general Velasco, quien los amnistió, ya le llevaban la delantera en cuanto a revolucionar el campo. Surgieron las divisiones en mérito a la infiltración y también al sectarismo. Una de esas divisiones fue el MIR-Voz Rebelde, al cual pudo denominarse en esta entrevista como MIR-VR. Ese MIR-VR sí se fusionó con el MRTA. Igual pasa cuando se cita al Partido Socialista Revolucionario (PSR), del cual se desprendió un ala importante que se denominó PSR-ML y que sí se fusionó al MRTA. Hay veces que lo nombran como PSR simplemente. Un poquito más de tinta y se salvaba el dato histórico.
¿HAY ERRORES DE CONTENIDO?
Siempre los hay, máximo si quien está en prisión carece de todos los datos e informaciones que usted, lector, dispone por internet. En este caso, dentro de las limitaciones que le impone una prisión "especialmente segura", son explicables. Por ejemplo: escribe que Melisa Alfaro, periodista del semanario Cambio, asesinada con un sobre bomba preparado por oficiales del Ejército, fue "militante del MRTA". Debo decirlo con conocimiento de causa que Melisa Alfaro no fue militante del MRTA. Este error va en contra de la sentencia del megajuicio 2006 cuando los propios jueces antiterroristas absuelven a todo el personal de la revista Cambio del delito de apología del terrorismo y de pertenencia a grupos subversivos. Y mucho ojo: descartan los jueces que Cambio fue "vocero" del MRTA. El único vocero del MRTA fue el folletín "Voz Rebelde", de muy pocas páginas. Que esto quede claro para el pelotudísimo y absurdo caso de Las Gardenias.
BALANCE DE UNA DERROTA
Esto es lo más importante de "Revolución en los Andes", el balance de una derrota irreversible que no ha podido remontar una fuerza insurgente que puso en jaque alguna vez a todo el aparato represivo. Mao Tsetung lo dice claramente: "Aprendamos de nuestros errores" y en una época en que las guerrillas clásicas carecen de posibilidades, cabe la meditación profunda de uno de sus principales protagonistas. No ha fracasado un movimiento, ha fracasado un método y no solo en el Perú. El aparato represivo ha demostrado tener mayor eficacia en esa época -que hoy nos parece rudimentaria- y ahora, con la tecnología de punta, los mecanismos de intervención de las comunicaciones, seguimientos vía satélite, etc., es aún más improbable retomar el viejo estilo. VPC valora hoy con mayor rigor el trabajo político de masas e incluso la vía electoral, terrenos en los cuales ya se han dado en Nuestra América derrotas parciales del enemigo de clase y del imperialismo.
LA CÁRCEL: ¿JUSTICIA O VENGANZA?
Siempre dije y escribí en diversos artículos e incluso declaraciones: una cosa es la justicia y otra la venganza. El régimen carcelario al cual está sometido VPC y otros presos políticos no calzan con el derecho penitenciario ni con los derechos humanos que le corresponden al prisionero. Los presos civiles no pueden ni deben estar en penales militares. ¿Tanto miedo le tienen? VPC se encuentra a poco tiempo de cumplir su condena y de acuerdo a los principios generales del derecho penal la pena esta hecha para redimir al reo y reincorporarlo a la sociedad con todos sus derechos. La prisión de la Base Naval del Callao es incompatible con un estado de derecho y la incomunicación de VPC como su prohibición de escribir sus propios libros, publicarlos, escribir artículos, etc., no tienen justificativo a nivel jurídico, salvo con normas fuera de toda razón hechas por el continuismo fujimorista. Para los militares que exterminaron población civil inocente, se votan leyes de impunidad, mientras que para los subversivos aplican penas desproporcionadas con el delito cometido y además los condenan después de muertos a ser cremados y sus cenizas esparcidas al desagüe. Sabemos que a VPC ya le intentan abrir nuevos juicios con nuevos cargos para impedir que salga en libertad y esto nos parece injusto. La prohibición o censura de un libro es solo el anticipo de otras medidas que solo son concebibles en regímenes de facto, en dictaduras fascistas o en republiquetas bananeras. Dejen que escriba el siguiente libro desde la prisión, porque este es un derecho que no suele conculcarse en ningún país civilizado. Y para el zahorí lector, cabe un consejo: léalo y después opine. Es una buena recomendación para su salud intelectual.
Escribe: Dante Castro

jueves, 10 de julio de 2025

Ensayo presentado al Premio Nacional de Narrativa y Ensayo "José María Arguedas" 2025

 

La violencia sexual en las obras de José María Arguedas



Desde Warma Kuyay hasta El Sexto, la obra de Arguedas se ve marcada en el abuso de poder, del patrón, el hermanastro, los estudiantes, el jefe(…)En los últimos años con la violencia política los miembros del ejército y la policía también cometieron hechos atroces contra la población indígena…Hoy otra figura es el cura o integrantes de una organización religiosa católica denominada Sodalicio de vida cristiana, disuelta recientemente por el Sumo Pontífice, Por lo tanto, ayer fueron los religiosos unidos al poder de los  gamonales, tema que también nos relata Clorinda Matto en su novela “Aves sin nido” , hoy son las congregaciones o sectas religiosas - cristianas. Tal vez los últimos acontecimientos de nuestra historia reciente como fue la década de los ochenta. En este episodio fueron confrontados dos mundos, en aquel choque cultural los habitantes del sur del Perú contra los miembros de la policía y el ejército, jóvenes peruanos que mayormente fueron a nuestros parajes andinos desde la costa. Según los miembros de la Comisión de la Verdad y Reconciliación, más de 5000 mujeres fueron víctimas de violencia sexual. El abuso del poder ocurre en todo el mundo, en épocas dictatoriales y democráticas, ahí está “La fiesta del chivo” del Nobel peruano.

Empecemos por la jovencita Justinacha o Justina simplemente, la terminación “cha” es un diminutivo quechua que le da la ternura al nombre llamándola “Justinita”, personaje cuya descripción es la siguiente: “Ella era bonita su cara rosada estaba siempre limpia, sus ojos negros quemaban; no era como las otras cholas, sus pestañas eran largas, su boca llamaba al amor y no me dejaba dormir”. En ese entender, los patrones seleccionaban a sus víctimas, sobre todo por la edad y belleza. Don Froylán por la descripción de los patrones, tienen hijos menores, calculándole una edad entre 40 y 50 años. (Warma Kuyay – 1933).

Carmen María Pinilla, nos cuenta que José María Arguedas publica los cuentos reunidos en “Amor Mundo”, libro influido por los consejos de su terapista Lola Hoffmann, que lo instó a narrar sus traumas y obsesiones de infancia. En “El horno viejo” existe el siguiente diálogo:

-          Levántate , acompáñame

El muchacho se levantó. Estaba vestido. Siguió al caballero

En el patio preguntó:

-          ¿Adónde?

-          Adonde has de ser hombre esta noche. ¿Cuántos años tienes?

-          El 17 de febrero cumplí nueve

-          Temprano hay que ser hombre. Duermes bien.

-          Duermo bonito.

-          Yo también voy a dormir bonito. Ya verás.

Lo antes escrito es una conversación entre José María aún niño y su hermanastro, joven pervertido, con poder, que violaba  o abusaba de las indias, en una oportunidad cometen el abuso borrachos y con música, ya que al arpista lo presenta el narrador como ciego. Una de las cosas que tienen los hombres es demostrar que son hombres, hecho que ocurre hasta ahora en nuestra sociedad, cómo lo deben demostrar, estudios de masculinidad afirman, teniendo sexo. En el cuento el narrador testigo tiene 9 o 10 años, hecho que habría traumado al Tayta. (Amor Mundo – 1967)

En esa línea, ya en “Los ríos profundos” el niño Ernesto, nombre del personaje, que debe ser por el nombre del Argentino Ernesto Guevara, empieza enfrentarse a las distintas injusticias del mundo adulto del que empieza a formar parte. Conoce a estudiantes rebeldes y abusivos del colegio, un chico de Andahuaylas que toca la armónica y una chica llamada la demente, ella es abusada por los estudiantes mayores, también por personas encargadas del colegio donde la señorita trabaja. Además se termina enterando de cómo los más grandes se aprovechan de los estudiantes pequeños, en ese contexto nadie hace nada por ayudarlos, hecho que deja al narrador autobiográfico muy mal. En ese sentido, Marcelina, la opa, es un personaje complejo. Su conexión con elementos andinos, su papel en la resistencia cultural y su presencia en el puente la convierten en un símbolo de la unión y la tensión entre dos mundos, así como de la esperanza de redención y transformación. Casi al final de la novela, la epidemia de Tifu viene a causar su muerte. Es en esta novela donde el poder y la clase alta se envuelven en injusticias y contradicciones morales. (Los ríos profundos – 1958)

En la novela El Sexto abordan casos como el de "Clavel", quien es sometido a repetidas violaciones por diferentes presos, y cómo su cuerpo se convierte en objeto de intercambio y pelea entre ellos. La violación en "El Sexto" no es un fenómeno aislado, sino que "está intrínsecamente ligada al sistema capitalista, hoy neoliberal y a la estructura de poder dentro de la cárcel, hecho que se puede evidenciar hasta nuestros días". Es una manifestación de la opresión y la desigualdad que se vive en la sociedad peruana de 1950, tal vez ese sea el propósito, la intención de escribirla, para mostrar el mal a fin de evitarlo, también de describir toda una época. En "El Sexto", la violación se presenta como una herramienta de poder y control dentro de la prisión, utilizada para degradar y deshumanizar a los reclusos, especialmente a aquellos que desafían el sistema. La novela muestra cómo la violencia sexual es una práctica común, donde los presos más fuertes someten a los más débiles, y cómo las autoridades penitenciarias a menudo lo toleran o incluso lo facilitan. Dentro de la experiencia personal de José María Arguedas, él es un narrador del naturalismo, la crudeza que describe al penal donde estuvo preso es aterradora, de ahí su frase: En la cárcel conocí a lo mejor, refiriéndose a los presos políticos, como los Apristas y Comunistas, y lo peor del Perú, como los violadores, asesinos y demás delincuentes que habitaban ese espacio inhumano, que hoy ya no existe como centro penitenciario en nuestra capital. En esta novela notamos la frecuencia en que presenta Arguedas estos episodios de abuso de poder, tan recurrentes en sus obras. (El sexto – 1961)

La novela “Zorros de arriba y Zorros de abajo”, aunque no se centra en la violación como evento explícito, sí presenta una atmósfera de tensión y violencia que podría interpretarse como una forma de degradación humana. La transformación de Chimbote en un centro pesquero industrializado y la llegada de personas de diferentes orígenes crean un ambiente de conflicto y desequilibrio, donde se evidencian las luchas de poder y las consecuencias de la modernización forzada. Estos elementos pueden ser vistos como formas de violencia simbólica, que aunque no son explícitamente sexuales, contribuyen a la sensación de deshumanización y pérdida de valores presentes en la obra.

Quiero concluir el presente ensayo, dando a conocer las palabras del escritor Oswaldo Reynoso: “Desde el colegio nos han enseñado que el Perú es un país pacífico y eso es mentira. Eso es totalmente falso. Durante la colonia hubo grandes levantamientos indígenas que rechazaban la cultura dominante… toda la historia del Perú está jalonada por grandes rebeliones e innumerables matanzas, ¿no? Lo que pasa es que esa historia es una «historia secreta»… ¡Es una sociedad hipócrita!”. Al comenzar a escribir mi ensayo para el concurso, no pensaba en descubrir a través de las obras del Tayta José María Arguedas, esa historia secreta de la que nos habla Oswaldo. La violencia sexual unida a la pobreza, más la violencia política han caminado de la mano en las diferentes etapas de nuestro país, desde 1932 en Trujillo, Las guerrillas del 63, el levantamiento armado de los 80, la matanza reciente en el sur del Perú, tras la asunción del mando de la Presidente Dina Boluarte, todos estos hechos, no son nada a lo que sucede diariamente en nuestra sociedad actual, seguro mientras escribía ocurrían violaciones y muertes. Estas muertes han llevado a hablar de trata de personas, minería ilegal, pasando por las bajas pasiones en el Congreso actual y el irrespeto a la mujer hasta matarla, figura denominada feminicidio. El poder político, el narcotráfico y la corrupción aceleran la violencia en nuestra débil sociedad peruana.

 

 

 Huauya Simon, Emilyn Maritza

Seudónimo: Warmi Soncco


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