lunes, 13 de enero de 2025

JOSÉ DOLORES (primeros boxeadores cañetanos)

 

JOSÉ DOLORES



Era un joven alto y de cuerpo bien proporcionado, fuerte en la pegada y la asimilación. Aproximadamente el año 1923, se comenzaba a practicar el futbol en el valle de Mala; pero la pelea de los guapos siguió siendo el deporte favorito entre los hombres. Entonces el futbol solo era un pretexto para estos eventos de golpes varoniles.

José Dolores se convirtió en unos de los valientes del valle, cuando el pueblo de Flores fue invitado a jugar futbol al otro lado del río, en Tutumo. Ahí residía un peleador, que había acabado con los más bravos luchadores de la margen izquierda del valle, mientras José Dolores empezaba a dar sus primeros golpes en Flores.

El propósito de los organizadores del partido de fútbol fue dar oportunidad a su ídolo de peleas, para que logre otra victoria ante el florino Dolores, ya los tenía acostumbrados a verlo ganar en cada combate. Cuando los florinos llegaron a Tutumo, la gente preguntaba por José Dolores, porque a ellos no le interesaba el fútbol, sino el choque de estos hombres.

Desde que comenzó el partido de fútbol, ambos defendían  ardorosamente los colores de su cuadro, hasta que degeneró en insultos, el joven peleador no aguantó. Se paró en seco cuando avanzaba con el balón, y aceptó el duelo de pelear con su desafiante. El partido de fútbol se interrumpió, terminó para dar paso a la pelea.

De inmediato, el público se fue acercando al centro del campo y formó un círculo humano. En medio de ellos los dos hombres pusieron en juego todo su coraje, también todos sus recursos de lucha. La pelea era todo un espectáculo, se prolongaba demasiado, porque ninguno de los dos se rendía. Hasta que por fin José Dolores quedó dueño de la cancha, ante la sorpresa de propios y extraños.

El vencedor sangraba de una oreja pero se le veía feliz. Entonces pidió un espejo y una tijera. Al verse roto parte del pabellón de una oreja, por el cobarde mordisco de su contendor, (parecido a la mordedura de Mike Tyson a Evander Holyfield, en junio de 1997) él con mucha estética se dio un corte, y para emparejarlo con la otra oreja, se cortó igual.

Desde ese momento, José Dolores exhibió  con orgullo y como señal de triunfo, sus orejas cortadas. José Dolores Chumpitaz, volvió a Flores como un héroe, fue ídolo de los jóvenes, más tarde un ciudadano notable del pueblo.

Recopilado el 2024, “Los peleadores y otros relatos florinos” José García Conde.

(Pertenece al libro Cuentos con historia 2025)

LA SAPA QUE EMBRIAGÓ AL DIABLO

 

LA SAPA QUE EMBRIAGÓ AL DIABLO



Demonio que llega a Flores se va “al diablo”, si bebe pisco de este pueblo. Cierta vez Satán quiso llevarse a un florino pero no pudo, porque llevaba una sapa en la mano y una mona encima.

Antes se solía invitar a probar los chicharrones, a quienes habían ayudado apisonar las uvas en los lagares, cuando se destilaba el pisco en las falcas o alambiques. Se llama chicharrón al pisco que en alto grado comienza a destilar. Es agradable pero trepador. El que sabe solo lo prueba y espera que se ponga a punto, más o menos de 20° grados.

Cuando se retiraban los invitados, a cada uno le daban una sapa, o botella de pisco, como retribución a su colaboración. Todos volvían a sus casas a medianoche por el callejón que va al cementerio. Don Fred Caycho andaba medio retrasado en la hora, a mitad del camino vio a un hombre recostado a una pared. Al entablar conversación bebieron pisco de la sapa, caminaron un trecho no tan pequeño, el músico acompañado del extraño llegaba al pueblo, según creía él, cuando cayó a una zanja exclamando el nombre de Dios. El ocasional “amigo” desapareció dejando en el ambiente un olor a azufre quemado.

Fred, al incorporarse se vio solo, en un descampado lugar distante de Flores. Despavorido, con los pelos de punta, corrió rezando, saltando acequias, adobones de los huertos y cementeras, en dirección a sus casa.

José García Conde

(Folleto:  “Los peleadores y otros relatos florinos”)

domingo, 3 de noviembre de 2024

LA LAGUNA ENCANTADA

 

Ya está establecido que todos los pueblos de la costa peruana son milenarios, aquí se establecieron los primeros peruanos, antes que Los Inkas. La Mama Cocha, era la diosa de todas las aguas (El mar, los lagos, los ríos y todas las fuentes de agua). Lugares sagrados que a la llegada de los españoles, trataron por todos los medios de anular esta devoción inventando encantos. En los diferentes ríos del Perú existen estos relatos.

LA LAGUNA ENCANTADA

En Santa Cruz de Flores hasta ahora existe un lugar conocido como "La Yigua", se ubica exactamente en las tierras bajas del Distrito, a la altura del lecho del río Mala, ahí se había formado una laguna debido a las filtraciones de varios manantiales.

Los florinos que tenían sus chacras por esta zona, solo podían estar en sus terrenos hasta las cinco de la tarde porque más tarde sucedían cosas muy extrañas. Ya eran muchas las personas que habían desaparecido para siempre, incluso estudiantes que se hicieron la vaca. Muy cerca del lugar pasaba un camino de regantes, el sendero tenía un puente para pasar la acequia que desaguaba tal laguna, la gente que cruzaba por este puente después de las 17:00 horas (cinco de la tarde), solía ver un inmenso pez, un pejerrey de agua dulce, que muy bien podía medir un metro de largo, aletas finas que brillaban con la luz del atardecer. Nadaba tranquilo, haciendo pequeños remolinos en las diáfanas aguas, los que pasaban por el puente quedaban pasmados al observar al pez, algunos no medían el peligro, las consecuencias que traía al tratar de atraparlo, se bajaban al pozo de agua, tan igual como se iba el día, ellos desaparecían tragados por las aguas. La familia Balcázar decidió colocar una cruz en el lugar, ya que su abuelo músico de músicos, se fue sin dejar rastro alguno.

 

miércoles, 16 de octubre de 2024

EL BRUJO MAYOR DE COAYLLO

 

Coayllo es un pueblo misterioso por donde se le mire. Debido a su fama de brujos y demonios los occidentales construyeron una capilla en la cima de un cerro, no fue tal fácil reemplazarla por una cruz, según la adivina Lourdes la pequeña iglesia está allí para espantar los malos espíritus. Aún no está registrado el año, el día ni la hora de un cónclave de curanderos, algunos dicen que la sede fue en Santa Cruz de Flores, otros aseguran que fue en el valle de Calango.

 Pastor Chávez, un mestizo lector del libro de San Cipriano, fue el representante de la tierra de los nísperos, apareció por las calles seguido de una culebra, la presencia de dicho animal elevó la temperatura, haciendo que se quitaran la ropa los habitantes de ambos lugares. Los pueblos mantienen en su memoria aquél encuentro. Hasta hoy es comentado oralmente estos episodios  tenebrosos. Al término, uno de los acuerdos fue la construcción de la ermita. Era necesario porque el calor que producía la presencia del reptil, venia secando ríos y lagunas por Ukira,  pronto convertiría en infierno el pueblo de Pastor Chávez, dicho animal lo seguía como sigue un perro a su amo, despedía una baba como marcando el camino.

 Pastor, era el único hombre en dicha reunión, los demás representantes de cada pueblo eran todas mujeres, ellas tenían como mascotas gallos de plumaje negro, sapos gordos y bocones, lechuzas de ojos saltados infernales de color rojo. Las brujas siempre cuidaban de sus acompañantes, dejarlos sueltos era un peligro, ya que entre ellos se miraban con desprecio. El canto del gallo helaba a la serpiente, el ronquido del sapo le quitaba la voz al gallo, los ojos de la lechuza impedía que la lengua de la culebra se estirara. A ella nadie la quería, por eso salió a visitar los cerros, aquél día de su desaparición su amo durmió veintisiete horas seguidas. Bajar al río no le permitieron, trepó hacia las alturas… la maldita víbora no regresó hasta la actualidad.

Al tercer día, los niños contaron de la aparición de columpios en lugares desolados. En ese espacio existen hoy iglesias o cruces de madera. Pasado el tiempo la entonces niña Camila Arias, nos habla de los diálogos que tuvo con su abuelo Federico. Es tiempo de rezar hija le dijo acariciando su frente.

-          Es cierto papito que donde está la iglesia había un columpio empujado por el viento.

-          No era el viento Cami, mi padre que fue mecido muchas veces, me contó que el de su espalda le hacía preguntas  ¿Cómo está tu mamá Lupe? La buscaban por Azpitia y por todo el río, ella recitaba poemas montada en su burrito. Más que poemas eran oraciones contra ese maldecido viento que sopla en las tardes por toda la plaza.

Hoy con 60 años de existencia la niña Camila y su amiga Lourdes, caminan con la foto de su abuela Guadalupe, exponen el porqué nuestro Distrito se ubica en la otra orilla del pensamiento, volviendo a creer en su flores bellas, sus delicadas frutas, todas ellas bajo el amparo del Cerro Patrón, Apu que tomó el camino correcto de enfrentar al mal, él desde su cima nos cubre con su bendición.

 Es viernes, Don Victor me invita una copa de vino, el anciano chapa su bastón de cinco patas y me dice:

-          No crea en esas cosas Auxiliar, que si nos vamos al otro mundo, aquí en Flores seguirán peleando el día con la noche, el wayra aparecerá y desaparecerá llevándose una copa de Pisco, para brindar en el más allá.


miércoles, 9 de octubre de 2024

EL PROFESOR QUE LE CORTÓ EL PELO AL DIABLO

El maestro Lucho, antes que apareciera montado en sus motos altas y poderosas por los caminos de Flores y San Antonio, mucho más antes que fuera preparador de gallos, fue un gran peluquero. Sus días preferidos eran los sábados y domingos, cortaba el pelo a todas las edades, conversador con los niños, a quienes les cortaba como militar, despidiéndolos con un saludo castrense y chocando el puño de la mano derecha. Los martes y los viernes cambiaba a la mano izquierda, aún no sabemos el motivo.

Un día apareció un señor venido desde el Distrito de Coayllo, que por causas naturales tenía dos bultos en la cabeza tan bien distribuidos que daba la impresión de ser la mitra del diablo. La barbería se ubicaba frente al puesto policial. El Buen hombre llegó impecablemente vestido, lo que ahora dicen bien al terno negro, corbata roja y camisa celeste, saludó al profesor y se sentó en la silla giratoria blanca, pidiendo.

-          Un corte a pura tijera por favor… su voz era ronca.

Rápidamente, Luis Flores alistó sus tijeras, que le había dejado como recuerdo su abuelo Rutilio, seguidamente colocó una tela blanca sobre el pecho del diablo, para luego empezar a cortar,  sus manos volaban sacando las puntas del cabello rojizo, color candela. Como nunca realizaba su trabajo en silencio, algo hacía presagiar lo hermético que estaba el visitante.

El breve tiempo transcurrido, logró que la tijera del maestro choque con uno de los cachos del señor diablo, el choque fue brutal, terminó con las manos, la mente y el cuerpo dolorido. El impacto y la impresión, lo llevó al piso, al ser auxiliado por los vecinos, sus ojos estaban blancos. Al pasar el tiempo, después de tres meses pudo volver a la normalidad, todos lo visitaban para preguntarle acerca de su encuentro con Satanás. Respondía con una leve sonrisa.

-      - Antes de desmayarme, pude notar que no era terno lo que llevaba el señor, recuerdo  era una piel de caballo que cubría su cuerpo flaco.

Hoy los niños corren detrás de la moto, celebran conocer a Lucho, el único profesor que le corto el pelo al diablo, él les sonríe y se declara su protector.



LA BRUJA BELINDA LINDA

Cortesía de Ámbar Gavilán


Belinda Espichán había convertido al perro Randú en sapo, ella muy contenta se encontraba saboreando su última hazaña, cuando tocaron la puerta de su vetusta casa de esteras. La noche anterior le había dicho al gallo Ronsoco que cante cuando llegara visita extraña o conocida; pero el animalito no se percató del señor Musulmán, el primer amor de la bruja, el hombre que no pudo atrapar con sus hechizos en Santa Cruz de Flores. 

No quiso abrir la puerta, algo le decía que no lo haga, el olvido nunca se ausentó de su cabeza, estaba presente cada vez que suspiraba, por fin decidió jalar la manija a la derecha, cuando lo ve agacha la cabeza, le pide por favor que se retire. El barbudo Musulmán le responde. - Ya no volveré por tu puerta, solo te pido deja de hacer el mal. Estaba a punto de descubrir su peludo pecho para mostrar su crucifico, cuando Belinda tira la puerta con fuerza, remeciendo toda la casa. Después de su encuentro en el río Mala cuando caminaban rumbo a Calango, esta era la última vez que se miraban las caras, en ambos quedaba un rencor, un odio desmedido, una lucha constante ¿Por qué vivir así? Si antes ambos buscaban las estrellas juntos. Los días estaban marcados, las horas y los minutos no tenían descanso, los caminos, la noche los enfrentaba.
 
Mientras caminaba el joven no tenía paz, ella se aparecía en un instante, en un momento indescifrable, ya estaba al otro lado del caudaloso río, mes de enero, volvía después de bailar, de acompañar a las pallas. Avanzaba tranquilo, cuando escucha el llanto de un niño muy cerca a la captación de agua, las plantas de junco y totora no permitían ver al pequeño bebé, se abre paso con las manos, se acerca y lo toma entre sus brazos, es una criatura brillante, pelos dorados, un niño de nacimiento, muy bello, occidental. Habla consigo mismo.

 - Cómo hay gente mala en este mundo, madres desconsideradas. Hoy existen tantas parejas con hogares incluidos que no pueden tener hijos, otros en cambio los abandonan, lo llevaré a casa, tú serás el hijo que no pude tener con Belinda Isabel.

Al decir sus últimas palabras acaricia su frente, se escuchan pasos y el niño habla. - Musu, musito, mira mi diente - ¡Bruja de mierda! ¡carajo! 
Con una risa maquiavélica el niño sale volando convertido en un extraño animal. Musulmán se quedó con los brazos adoloridos, entre sus manos una cruz, rezando a la Virgen del Rosario. 

(Del libro “Cuentos con historia” 2024)

domingo, 29 de septiembre de 2024

SUPER MATECHÉVERE

 

Andrea escribiendo sobre el papel de sus maestros


Ya estaban acostumbrados a salir de sus salones para dirigirse al cerro a escribir o leer, era un día miércoles, el sol ardiente de verano se extendía sobre las flores del pueblo, llegaba con mucha nitidez hasta la ollería, en ese lugar los restos humanos se encontraban desparramados a cada paso. Los estudiantes estaban sentados conversando antes de recibir las indicaciones de su maestro, aún no se daban cuenta del sonido de la tierra, cuando empezó a temblar recién David lanzó un silbido y todos miraron en silencio el pueblo. La gente salió a la calle y los estudiantes de ambos niveles se apostaban en las zonas de seguridad.

 

Desde la tercera cruz de madera vieron una nube de tierra, no habían escombros, el movimiento telúrico fue leve, sin embargo sus miradas estaban en el centro de la plaza, en el corazón de Santa Cruz de Flores, ahí había caído el reloj de cuatro caras, desde el interior de la tierra se veía crecer una bestia desconocida, con enormes patas, manos con garras, cara de burro,  cabeza negra con pronunciada cabellera. La gente del pueblo huía hacía los cerros circundantes, los maestros subieron al cerro patrón para implorar junto a la maestra de religión la ayuda divina.

 

El Profesor Jhon Cusipuma se había quedado en el pueblo, antes de tomar esa decisión conversó con sus colegas, le había pedido al maestro de Computación encontrar señal para pedir ayuda a Lima o Cañete. Los demás colegas conocían bien la zona y decidieron acompañar a la comunidad desde diversos lugares, muy cerca al cementerio el maestro Richard y su hija trataban de tranquilizar a la gente; el profesor Miguel caminaba con dirección a San Antonio, en busca de ayuda; la docente Exilda suspendió su viaje a Mala para adentrarse a las chacras con los más ancianos.

 

La bestia daba pasos lentos pero con su peso aplastaba las viejas casas, algunas que eran dotadas de buen material servían de obstáculo en su movimiento. Todos seguimos el rumbo cansado del animal que mientras crecía, el sonido de sus gritos aumentaban de volumen, la tranquilidad de mi apacible pueblo estaba destruida con su presencia. Todos nos preguntábamos donde está el Profesor Jhoncito, capaz de resolver todos los problemas en la pizarra y en la vida, las matemáticas y una vara de madera (regla) eran su complemento exacto, en muchas oportunidades reía, era feliz como su apellido..

 

Él trataba de conseguir la honda dejada por el nieto de Pachacutec a su paso por Flores, convencía al señor Víctor Manco que se la proporcione para probar su magia, dicha arma hace poco, demostró su vigencia cuando comunidades alto andinas enfrentaron a helicópteros de las Fuerzas Armadas de Perú. Acarició la huaraca con su cara y manos, trepó la empinada cima del Apu tutelar del Distrito y desde la cumbre probó un primer disparo, el proyectil de piedra laja filuda impactó en la frente de la gigante bestia, haciéndola retroceder con dirección a Mala.

 

Todo fue rápido como un sueño, ya eran las cinco de la tarde, crecía la preocupación por comer y dormir. Cada grito que escuchábamos eran los certeros disparos de la honda, al ser manejada por el super matechévere transformaba su potencia al 100%, poco a poco la bestia fue llegando al río. En el décimo quinto disparo cayó patas arriba en pleno cauce, el huayco de diciembre la arrastró al mar. Seis de la tarde, con luces y sonidos de sirenas, se acercaban los refuerzos de Lima, 18 tanquetas quedaron en San Antonio. Diciembre nos dejaba, era el año en que el Profesor Jhon se retiraba del pueblo que lo albergó diez largos años, como guardián del Colegio y del valle, todos se acercaron al día siguiente llevándole pisco y vino, yo le fui a pedir que me dejará la honda para cuidar a mi pueblo, en un próxima amenaza.

Andrea Martínez

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